San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

23 febrero 2006

¿Qué nos enseña San José?


La fortuna de San José.
Dormir para soñar y en el sueño entender qué cosa pide el Señor

La voz del P. Julio Locatelli

¿No te parece que hoy exista un eclipse de la figura de San José?

El eclipse no se refiere sólo a San José. La fotografía de nuestras iglesias muestra tantas luces y tantas sombras, entre estas últimas la ignorancia religiosa ocupa una buena parte. Hay un gran esfuerzo de la catequesis, una buena presencia de movimientos y asociaciones, se habla del redescubrimiento de la Palabra de Dios, y sin embargo a 40 años del Concilio Vaticano II, se nota una difusa indiferencia religiosa, un dejar la iglesia en la edad de la juventud y de la madurez, la separación entre el creer y el actuar moral. En este contexto la evangelización debe volver a hablar de Cristo y del Evangelio. San José no puede ser el protagonista solitario de un anuncio. Si falta el contexto del anuncio mismo. Ciertamente su figura puede estar más presente cuando se tratan los temas de la familia y de la educación. Y luego nos olvidamos del consejo del siervo de Dios Don Eugenio Reffo: aprender desde san José a amar a María y amar a Jesús.

¿Cuales aspectos de su modelo de santidad aparecen mayormente actuales?

La actualidad de san José se nos presenta cada vez que hablamos de familia, de educación, de servicio, de obediencia fundamental a un proyecto que no es nuestro. San José es el hombre que deja de lado sus proyectos y se vuelve disponible al proyecto de otro, poniéndose, a sí mismo, totalmente a disposición. Nuestra cultura nos ha concentrado demasiado sobre nosotros mismos y sobre nuestros “yo” singulares, que defendemos a dientes cerrados. San José propone la capacidad de salir de sí mismo, el peligro de ponerse a disposición, la generosidad de decir sí. Son estos algunos rasgos provocadores de este santo, demasiadas veces traicionado porque se le representa como instrumento pasivo o casi, como un actor secundario y detrás de bambalinas, cuando no se le hace desaparecer del todo. En una iglesia un hermoso Niño Jesús con María al lado, en contemplación del Hijo. No estaba san José, sin embargo no era todavía la Virgen...viuda y ese Niño no estaba todavía... huérfano.

Para la congregación de los josefinos el año 2006 es el año del Capítulo. ¿Nuestro santo tiene algo qué decir?

Todo capítulo general está llamado a expresar una fidelidad creativa que hace tesoro de las raíces, lee el presente y programa el futuro. San José va, ciertamente, más descubierto en las motivaciones para las cuales fue elegido como nuestro patrono y más actualizado como modelo de educador en el contexto presente. Hay necesidad de llevarlo un poco más en el centro de nuestro ser y obrar como josefinos de Murialdo. Por ejemplo: con frecuencia decimos que hay en nosotros una falta de fe. San José es el hombre obediente en la fe, capaz de escuchar al Señor y de hacer cuanto se le pide. Me gustaría tener la gracia y la fortuna de san José: dormir para soñar y en el sueño entender qué cosa pide el Señor. Dormir como capacidad de hacer callar nuestros discursos, nuestros programas, nuestros deseos, nuestros razonamientos... y comenzar a soñar. Mas quién sabe si aún somos capaces de soñar.

¿Cuál es la representación de San José que te gusta más?

He estado últimamente en Génova y he visto la obra artística del escultor Guido Galletti. Hay tres imágenes de san José con Jesús. En la primera san José levanta hacia el cielo el pequeño Jesús: es un gesto rico de alegría y de orgullo, como aquel de un papá que esta orgulloso de su hijo. Una segunda imagen representa a san José intentando enseñar a caminar a Jesús, casi preocupado que no caiga; pero también atento a hacer sí que empiece a caminar solo. Por tanto una tercera imagen: un Jesús adolescente, casi tan alto como san José, en diálogo confidencial con el padre; parece que estén intercambiando confidencias y secretos, casi un pasaje de consignas entre padre e hijo. Tres momentos diferentes que representan las etapas del crecimiento de Jesús junto a san José y del servicio que san José da a Jesús: como padre, como educador, como aquel que debe disminuir porque Jesús debe crecer. Una bella imagen del Josefino de Murialdo educador de los jóvenes que sabe interpretar y responder a los jóvenes en las diferentes etapas de su vida.

Tomado de: La voce di san Giuseppe (La voz de San José), Febrero 2006, Año 104, n. 2, pp. 14-15.

Traducción del italiano: Cenjosch


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