San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

03 febrero 2006

Un artículo de la revista española: El Mensajero de San José


San Alfonso María de Ligorio y San José

Vivió hasta los 91 años. Había nacido en Nápoles en 1696. De ascendencia hispánica en su hogar se profesó una especial devoción a Santa Teresa. Devoción incrementada, luego al comienzo de su ministerio sacerdotal por los consejos de su tío el Canónigo Mateo Giccio, que le recomendó se pusiera bajo el especial patrocinio de la santa española. Lector asiduo de sus libros, llegó a asimilar profundamente su doctrina y amarla con pasión. La llamaba cariñosamente “mi santa”, “serafina mía”. Hasta encabeza sus cartas con las siglas: J. M. J. T. (Jesús, María, José, Teresa). Y a veces las concluye: “Vivan Jesús, José, María y Teresa”.

De singular talento y gran corazón, después de haber obtenido el grado de doctor en ambos derechos se ordenó sacerdote. Su celo apostólico, su elocuencia viva y penetrante, su piedad ardorosa le llevan a hacerse misionero del pueblo.

Le impresionó sin duda la gran devoción de Santa Teresa a San José, tal cual ella describe en el capítulo sexto de su Autobiografía y su autorizada recomendación: “Querría yo persuadir a todos fueran devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza Dios” (Vida, 6, 7).

Nos consta que en su juventud tuvo especial afición al “Ejercicio de los siete miércoles” anteriores a su festividad, en recuerdo de sus siete dolores y gozos. Para estas celebraciones escribió siete hermosas “meditaciones” sobre los misterios de la vida del santo Patriarca.

Fundó la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas) para promocionar la vida cristiana entre las gentes más humildes por medio de las misiones populares. Dedicado en cuerpo y alma a este ministerio, le queda tiempo aún para dedicarse al apostolado de la pluma. Así nos dejó tan bellos como “Las glorias de María”, las “Visitas al Santísimo”, “El gran don de la oración”, etc. Más varios tratados de Moral de la que es considerado autorizado maestro Todos ellos muy difundidos hasta hoy.

Consagrado Obispo, renunció poco después a su diócesis y se retiró a vivir entre sus religiosos.

En sus cartas de dirección espiritual recomendaba vivamente la devoción a San José síntesis de la admirable doctrina teológica sobre el Santo Patriarca. Lo divide en dos partes: “Cuánto debemos venerar y honrar a San José a causa de su eminente dignidad como padre de Cristo y esposo de María; y cual debe ser nuestra confianza en la protección del Santo a causa de su excelsa santidad”. Jesús lo veneró como a padre y le obedeció como a tal; él cooperó de modo singular a la obra de la Redención, él estuvo dotado de excepcional santidad, y goza de un poder de intercesión, el mayor después de su esposa. Trae, como confirmación, la hermosa página de Santa Teresa en el capítulo 6 de su vida.

Con su vida, con sus devociones, con su predicación, con sus escritos y con el ministerio apostólico de su Congregación del Santísimo Redentor, ha sido y es San Alfonso María de Ligorio uno de los testigos más autorizados de la devoción al glorioso Patriarca San José.

Cargado de méritos y virtudes moría en Panai (Campania) a los 91 años de edad en 1787.

Isidoro García de San José ocd

Artículo tomado de: El mensajero de San José, Enero-Febrero 2006. N. 397, página 5.


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