Descripción de un ícono melkita del s. XVII sobre San José

Oremos con los íconos
José esposo de María
La iconografía oriental de San José está casi siempre ligada a los episodios de la vida del Santo inspirados en los evangelios: sueño, matrimonio con María, viaje a Belén, Navidad, presentación de Jesús en el templo, adoración de los Magos, fuga a Egipto y otros episodios. Las representaciones individuales de José son tardías y ligadas al desarrollo de la devoción al Santo, nacida en contacto con los misioneros católicos.
El ícono aquí reproducido es melkita y se remonta al siglo XVII; es de buena factura, aunque si está bastante maltratado. Es, juntamente oriental y occidental: oriental por su inspiración de tipo iconográfico mariano de la Madre de Dios Odigitria (que señala el camino): José sostiene al Niño sobre el brazo izquierdo y hace el gesto de mostrarlo con la mano derecha; occidental por el lirio sostenido con la mano izquierda, símbolo de su castidad, y por el carácter humano del Niño que no alza ya la mano en signo de bendición y por tanto responde a la oración del fiel que está de frente a él.
La liturgia oriental saluda al Santo con estos títulos:
Salve, Procurador ante el Padre celeste.
Salve, Padre legal del Hijo.
Salve, Receptáculo de los dones del Espíritu Santo.
Salve, Esposo de María, virgen y madre.
Salve, Servidor, fiel de los misterios de nuestra salvación.
Salve, vástago real y receptáculo de la perfecta pureza.
Salve, Lirio de la castidad que no se marchita.
Salve, Orgullo de los castos y custodio de los puros.
Salve, José santo, intercesor de nuestras almas.
Padre George Gharib*
Tomado de: El Domingo (La Domenica), 19 marzo 2006. III Domingo de Cuaresma /B. San Paolo.
* El padre Georges Gharib es profesor en la Facultad Teológica Marianum de Roma.
José esposo de María
La iconografía oriental de San José está casi siempre ligada a los episodios de la vida del Santo inspirados en los evangelios: sueño, matrimonio con María, viaje a Belén, Navidad, presentación de Jesús en el templo, adoración de los Magos, fuga a Egipto y otros episodios. Las representaciones individuales de José son tardías y ligadas al desarrollo de la devoción al Santo, nacida en contacto con los misioneros católicos.
El ícono aquí reproducido es melkita y se remonta al siglo XVII; es de buena factura, aunque si está bastante maltratado. Es, juntamente oriental y occidental: oriental por su inspiración de tipo iconográfico mariano de la Madre de Dios Odigitria (que señala el camino): José sostiene al Niño sobre el brazo izquierdo y hace el gesto de mostrarlo con la mano derecha; occidental por el lirio sostenido con la mano izquierda, símbolo de su castidad, y por el carácter humano del Niño que no alza ya la mano en signo de bendición y por tanto responde a la oración del fiel que está de frente a él.
La liturgia oriental saluda al Santo con estos títulos:
Salve, Procurador ante el Padre celeste.
Salve, Padre legal del Hijo.
Salve, Receptáculo de los dones del Espíritu Santo.
Salve, Esposo de María, virgen y madre.
Salve, Servidor, fiel de los misterios de nuestra salvación.
Salve, vástago real y receptáculo de la perfecta pureza.
Salve, Lirio de la castidad que no se marchita.
Salve, Orgullo de los castos y custodio de los puros.
Salve, José santo, intercesor de nuestras almas.
Padre George Gharib*
Tomado de: El Domingo (La Domenica), 19 marzo 2006. III Domingo de Cuaresma /B. San Paolo.
* El padre Georges Gharib es profesor en la Facultad Teológica Marianum de Roma.
Ver el original en:
Traducción del Italiano: Cenjosch
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