San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

03 marzo 2006

El Papa Benedicto XVI señala a San José como ejemplo



(Foto de Catholic Press Photo - Daniele Colarieti.)


San José, un estímulo en el camino al sacerdocio

CIUDAD DEL VATICANO, 25 FEB 2006 (VIS).-Siguiendo una tradición de su predecesor, Benedicto XVI visitó esta tarde el Seminario Mayor de Roma con ocasión de la fiesta de la patrona, la Virgen de la Confianza.

Después de escuchar una pieza musical titulada "La sombra del Padre", dedicada a San José, el Papa subrayó que el ejemplo de este "hombre justo", plenamente responsable frente a Dios y frente a María, supone para todos un estímulo en el camino al sacerdocio. El está siempre atento a la voz del Señor, que guía los acontecimientos de la historia y está dispuesto a seguir sus indicaciones; siempre fiel, generoso y desprendido en el servicio; maestro eficaz de oración y de trabajo escondido en Nazaret".

"Os puedo asegurar -continuó dirigiéndose a los seminaristas- que cuanto más progreséis -con la gracia de Dios- en el camino del sacerdocio, experimentaréis en mayor medida la riqueza de frutos espirituales cuando invoquéis a San José y le pidáis que os sostenga en el desempeño cotidiano del propio deber".

El Santo Padre pidió que la invocación de su antecesor, el Papa Benedicto XV, "Madre mía, confianza mía", "se imprima en el corazón de cada uno, y os acompañen siempre durante vuestra vida y vuestro ministerio sacerdotal. De este modo, podréis difundir a vuestro alrededor, allí donde os encontréis, el perfume de la confianza de María, que es la confianza en el amor próvido y fiel a Dios".

El Papa afirmó que al llegar al seminario había rezado en la capilla por cada uno de ellos, y que también había pensado "en los muchos seminaristas que han pasado por el Seminario Romano y que han servido con amor a la Iglesia de Cristo. Pienso, entre otros, en don Andrea Santoro, asesinado recientemente en Turquía mientras rezaba".

"También he invocado a la Madre del Redentor para que conceda a cada uno el don de la santidad. El Espíritu Santo, que ha plasmado el corazón sacerdotal de Jesús en el seno de la Virgen y después en la casa de Nazaret -terminó-, os ayude con su gracia, preparándoos a las tareas futuras que se os confíen".


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