San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

24 marzo 2006

Presencia de San José en el Angelus del 19 de marzo de 2006



Angelus, Domingo 19 de marzo de 2006

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, 19 de marzo, se celebra la solemnidad de San José, pero en coincidencia con el tercer Domingo de Cuaresma, su celebración litúrgica es aplazada para mañana. Sin embargo el contexto mariano del Ángelus invita a detenerse hoy con veneración sobre la figura del esposo de la Beata Virgen María y patrono de la Iglesia universal . Me gusta recordar que era muy devoto de San José también el amado Papa Juan Pablo II, el cual le dedicó la Exhortación Apostólica Redemptoris Custos - Custodio del Redentor y seguramente experimentó su asistencia en la hora de la muerte.

La figura de este gran Santo, incluso permaneciendo bastante escondida, reviste en la historia de la salvación una importancia fundamental. Ante todo, perteneciendo a la tribu de Judá, legó a Jesús la descendencia davídica, de tal modo que, realizando las promesas mesiánicas, el Hijo de la Virgen María puede llamarse verdaderamente “Hijo de David”. El Evangelio de Mateo, en modo particular, pone de relieve las profecías mesiánicas que se cumplieron por el papel de José: El nacimiento de Jesús en Belén (2, 1-6); su paso a través de Egipto donde la santa Familia se había refugiado (2, 13-15); el sobrenombre de “Nazareno” (2, 22-23). En todo esto es se mostró a la par esposo de María, auténtico heredero de Abraham: fe en el Dios que guía los eventos de la historia según su misterioso designio salvífico. Su grandeza, a la par de aquella de María, resalta más aún porque su misión se ha desarrollado en la humildad y en el ocultamiento de la casa de Nazaret. Del resto, Dios mismo, en la Persona de su Hijo encarnado ha escogido este camino y este estilo –humildad y ocultamiento– en su existencia terrena.

Del ejemplo de José nos viene a todos una fuerte invitación para desarrollar con fidelidad, simplicidad y modestia la tarea que la Providencia nos ha señalado. Pienso, ante todo, a los padres y a las madres de familia, y pido para que sepan apreciar siempre la belleza de una vida simple y laboriosa, cultivando con premura la relación conyugal y cumpliendo con entusiasmo la gran y no fácil misión educativa. A los Sacerdotes, que ejercitan la paternidad respecto a las comunidades eclesiales. San José obtenga amar a ala Iglesia con afecto y plena dedicación, y obtenga a alas personas consagradas en su alegre y fiel observancia de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Proteja a los trabajadores de todo el mundo, para que contribuyan con sus varias profesiones al progreso de toda la humanidad, y ayude a todo cristiano a realizar con fe y con amor la voluntad de Dios, cooperando así al cumplimiento de la obra de la salvación.

Benedicto XVI

Tomado del original en italiano:
Foto tomada de:
Traducción: Cenjosch


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