San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

06 abril 2006

A un año de la partida al Padre

De izquierda a derecha: Ángel Luis Iglesias (+), Juan Antonio Morán (+), Roland Gauthier (+), Enrique Llamas, José de Jesús María, José Antonio Carrasco (+), Sebastián Bartina (+), Francisco de Paula Solá (+), Juan Bosco San Román, LAURENTINO MARÍA HERRÁN (+), Fernando Soria (XVI Semana de Estudios Josefinos, 1987).

P. Laurentino María Herrán (8/X/1920 – 30/III/2005)

El padre P. Laurentino María Herrán tiene una producción abundante y variada, pero por lo que deseamos recordarle, además de por su entrega, entusiasmo, bondad, es por su labor josefina. Siempre estuvo pronto a las solicitudes de trabajo, concretamente por el padre José Antonio Carrasco, que tanto le estimaba y al que don Laurentino María Herrán apreciaba en no menor medida ua que por la cercanía de Palencia, por su estancia larga en la casa sacerdotal de Valladolid, ere uno de los usuarios más frecuentes del Centro Josefino Español y de su biblioteca (no son excepcionales los trabajos de don Laurentino hechos a base de los fondos del Centro Josefino). Participante en todas o en casi todas las Semanas de Estudios Josefinos ha sido la plataforma principal para sus investigaciones acerca de san José, del que era tan devoto.

Desde 1960 apenas si hay un año en el que no haya regalado algún trabajo acerca del Santo. Siempre, o casi siempre, claro está desde las fuentes y la interpretación de la literatura española, desde la medieval hasta casi la de nuestros días. Decimos casi siempre, porque en su producción hay títulos que estudian la teología de san José o como el primero que conocemos, que proponen a San José como ejemplo para la vida religiosa y sacerdotal, como lo sería para la familias. Y uno de los trabajos mas recibidos y traducidos fue el que sobre la devoción a san José de san José María Escrivá publicara por primera vez en Estudios Josefinos 34(1980), pp. 147-189, y que, convertido en libro, aparecería en Palabra, y que ha sido traducido al portugués, al polaco, al alemán, por lo menos.

La espiritualidad josefina, por tanto, estuvo presente en sus preocupaciones. Ahora bien, en su producción, como venimos diciendo, lo que prevaleció fue la literatura. Por lo que se refiere a la española, toda su historia y muchas de sus expresiones encontraron un estudioso en el Doctor Herrán. Así, se ocupó del tratamiento que de san José se hacía en las “Vitae Christi” clásicas del siglo XV, las de Cristo y María en tiempos posteriores. Se fijó de manera predilecta y reiterada en el gran poema barroco de la “Josefina” de Josef Valdivieso y en alguno de sus glosadores, en las expresiones populares de los villancicos, como podrá constatarse en el elenco que ofrecemos al final.

Estaba preparado, por lo mismo, para el regalo auténtico que hizo ya en su senectud (tomado en el más clásico de los sentidos esto de senectud, la de los elogios): el libro magistral San José en los poetas españoles (Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2001). Esta revista recogía entonces la noticia y ofrecía una amplia recensión de esta obra excepcional, hecha para gozar de la hermosura de la expresión poética como lenguaje del misterio de José. Allí decíamos cómo había que tener en cuenta, en la lectura del libro, la intención y el proyecto del autor, expresados con toda claridad una y otra vez. No se trata en estas páginas de buscar teoría de crítica literaria, ni una investigación literaria, ni (p. xiv) una pretensión híbrida de literatura y teología. Tampoco ha pretendido tejer una antología poética josefina, si bien es cierto que en este libro puede hallarse una completísima serie de poesía y de poetas españoles que han retratado los temas, momentos y misterios de san José desde su sentimiento y expresión peculiares. Lo que intenta es indagar en la conciencia teológica, en la dimensión teológica, religiosa, de las obras literarias en las que san José tiene alguna presencia o indudables protagonismos.

También decíamos en esta nota amplia del 2001 como, por fortuna para los estudios josefinos –y para san José que no siempre la tuvo en aquellos dos o tres últimos años– han aparecido libros sobre el santo que contrastan con lo reiterativo de otros. Nos referíamos a aquellos que nuestra revista había ido recensionando y acentuándole significado de los que considerábamos más expresivos para la investigación, para la reflexión, para la síntesis. Concretábamos casi todo en las obras de José Antonio Carrasco desde su ancianidad (con más de noventa años), de Tarcisio Stramare, de Roland Gauthier, que han quebrado la atonía anterior y en este libro del doctor Herrán que se presentaba.

P. Teófanes Egido ocd

Director del Centro Josefino de Valladolid

Extracto tomado de:
Estudios Josefinos 59, Julio-Diciembre 2005, pp. 299-300.

Agradecemos al P. Teófanes que nos compartió esta valiosa foto. Esta imagen es muy importante ya que en ella se encuentran algunos de los apóstoles josefinos más destacados que con su investigación y su amor al Custodio de la Sagrada Familia han contribuido, o colaboraron, para que el hombre justo de Nazaret sea más conocido y amado.

Cenjosch


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