San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

31 agosto 2006

San José imagen del creyente


San José entre fortuna oficial y olvido de hecho

1. 1 Corre siempre el riesgo de ser olvidado, omitido, puesto a parte. Sin embargo: el nombre de José (con todas las posibles reflexiones) es el más difundido en Italia y el de Josefina es el tercero después de María y de Ana. 500 parroquias en Italia están dedicadas a él y un centenar de catedrales en 45 naciones (Datos de Vita Pastorale (Vida Pastoral), marzo 2005, p. 73).

1. 2 Además San José ha sido objeto de grandes reconocimientos: Patrono de la Iglesia Universal (Pío IX, 1870); Protector del Concilio Vaticano II (Juan XXIII, 1961). Si recordamos además a los santos, devotos suyos, tenemos nombres de primer plano: Agustín, Tomás, Teresa de Ávila, San Franciso de Sales. Sin nombrar todos los fundadores y las fundadores que le han confiado la familia religiosa por ellos fundada. Últimamente: don Giussani aconsejaba decir tres gloria en honor a San José de frente a problemas particulares; la beata Madre Teresa de Calcuta, lo ha querido copatrono de su congregación junto a María Inmaculada. Quizás para quien es joven, y tal vez tan devoto de San José, resulta difícil inscribirse a la Asociación de la Buena Muerte de los Jesuitas o a la unión, fundada por don Guanella, patrono de la buena muerte. Se sabe, sin embargo, que también los jóvenes mueren…

1. 3 También quien lo alaba al fin peligra con marginarlo. Cuando se insiste sobre algunas características tan lejanas y diversas respecto a la cultura actual (silencioso, obediente, vida oculta, humildad), al fin se crea la idea que es un personaje lejano, difícil. ¿Qué cosa nos puede decir un “tipo” así? Nada o poco.

2. Quizás se debe aclarar el punto de partida

2. 1 ¿De quién hablamos? ¿De un cierto personaje y basta? ¿De un cierto hombre que vivió hace tanto tiempo envuelto en una situación extraña y compleja? Todo esto puede tener interés, pero no creo que nos sirva mucho.

2. 2 Hablamos de un creyente, de un hombre interpelado en su fe y en el lazo entre la fe y la vida; por esto lo sentimos cercano porque en él descubrimos algunos pasajes de la fe que son también los nuestros, que son de cualquier creyente.

3. Algunos rasgos de una fe adulta

3. 1 “Estaba pensando en estas cosas” (Mateo 1, 20): la duda que purifica la fe y nos pone de frente al misterio; es necesario pensar, reflexionar, dejarnos interpelar por la realidad.

3. 2 “No temas” (Mateo 1, 20): la fe como confianza y abandono, porque se pone en escucha; un pensar que no cierra en sí mismo sino que se abre a una luz diversa, externa a nosotros.

3. 3 “Él, en efecto, salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1, 21): la fe es aceptar que la propia pequeña historia (dos casados de un pequeño pueblo) haga parte de una gran historia (la historia de la salvación).

3. 4 “Tomó consigo a su esposa” (Mateo 1, 24): la fe compartida, la fe como el misterio profundo de unión y de comunión entre José y María, y de ellos como “pareja” delante del Señor.

3. 5 “Su padre y su madre se maravillaban de aquello que se decía de Él” (Lucas 2, 33): la fe es camino, es “peregrinación de la fe”; porque no hace perder el estupor que Jesús es siempre un poco diverso de cómo nosotros quisiéramos encasillarlo en nuestros conceptos, en nuestras ideas.

No sabemos cuándo y cómo José murió. Parece que en él se cumple la palabra del evangelio: “Así también ustedes cuando hayan hecho todo aquello que les ha sido ordenado, digan: somos siervos inútiles. Hemos hecho cuanto debíamos hacer” (Lc 17, 10). Se ha cumplido tu tarea delante de Dios, la fe es también dejar el campo a quien debe venir después de ti y que es mas importante que tú. Tu alegría está fidelidad y en el cumplimiento de la vocación recibida.

En fin, existe una última característica que lo hace compañero de viaje: él mismo, incluso tan cercano y partícipe del misterio de la redención, es un redimido, un salvado. El 19 de marzo estamos en el clima de la Pascua y hay un tiempo-espacio que nos interroga y en el cual pensamos poco, también porque es difícil pensarlo: Jesús que desciende a los infiernos (lo decimos en el “Credo de los Apóstoles”) el Redentor que lleva la victoria sobre la muerte también a aquellos que yacen en la muerte desde hace tiempo, pero que han esperado, anunciado, obrado por su venida. Entre estos está también San José.

San José, Custodio del Redentor: custodiar a Jesús, hacerlo crecer, dentro y entorno a nosotros.

San José: imagen del creyente.

Tullio Locatelli

Tomado de la entrada del día 30 de agosto de 2006 en Blog del Centro de Estudios San José de Italia:
Traducción del Italiano: Cenjosch


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