San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

20 diciembre 2006

San José y su representación en el nacimiento


San José en el Nacimiento

Generalmente las figuras sacras son representadas con atributos referentes a rasgos biográficos, que, posteriormente se convierten en la connotación específica, y el emblema del patronato.

Esta premisa nos introduce al análisis el Nacimiento, escogido por sus múltiples particularidades, que se admira en el Misal de 1878, conservado en la Biblioteca Comunal de Fermo (Ascoli Piceno).

La composición está estructurada en tres caras, de tal modo que encuadran el recuadro central al interior de escenas y figuras bíblicas, referencias significativas al evento mesiánico. A los cuatro ángulos, aparecen en recuadros los profetas: David y Salomón en alto, Jeremías e Isaías abajo.

Lateralmente son visibles dos episodios bíblicos; a la izquierda la llamada de Moisés, tomado en el momento en que el Señor se manifiesta y le manda quitarse el calzado, por respeto a la sacralizad del lugar y del evento (Éxodo 3, 5), por tanto revela Su Nombre, y se devela como Dios vivo, participe de los sufrimientos del pueblo, anunciando la liberación y la promesa de una tierra nueva.

A la derecha el sumo sacerdote Melquisedec, que fue rey de Jerusalén, en el acto de cumplir el servicio divino, con la ofrenda de pan y vino sobre el altar (Génesis 14, 18) para dar gracias y acompañar la bendición de Abraham, junto a él, apenas convertido en vencedor: es una referencia a la comunión eucarística, al sacerdocio real actualizado en la persona de Cristo, a la bendición que tendrá su cumplimiento justamente en la Encarnación.

Al centro de la composición observamos ahora la escena del Nacimiento: María de rodillas orante, y José también él de rodillas, en posición simétrica, a los lados del Niño distendido el lecho.

En la parte superior tres ángeles sostienen el cartel, y debajo los dos animales hacen de fondo al pesebre, simple y lineal, en el estilo de la representación entera.La iconografía medieval tenía abundantemente copiados los cánones bizantinos.

Por el contrario después del 1300 las Revelaciones de santa Brígida (+ 1373) influyeron abundantemente el lenguaje representativo del arte, determinando un giro importante en la representación de la escena: María y José, desde entonces, fueron generalmente representados de rodillas, a los lados del Niño, en actitud de recogimiento y de estática contemplación, incluso teniendo connotaciones de carácter simbólico o realístico. Según las Revelaciones, san José se acerca en búsqueda de luz para alumbrar la gruta; de este motivo los artistas tomaron ocasión para representar en sus manos una vela, después una lámpara o una linterna.

En la litografía, vemos la linterna con la vela, además otro detalle importante; a las espaldas de José, se notan las herramientas del oficio”: una sierra y un bolso que contiene los instrumentos de carpintero, referencia figurativa a la actividad de faber lignarius (carpintero).

La literatura cristiana de los primeros siglos expresada en narraciones legendarias referentes a la vida de la Sagrada Familia, en la que el Niño colabora y realiza hechos prodigiosos, para favorecer el buen éxito del trabajo: comúnmente aparece intentando fabricar cruces, bajo la mirada amorosa de José. El madero, el “oficio” de José, no sólo preanuncia la muerte en cruz, sino evoca todo el designio salvífico. Así expresa el concepto Máximo el Confesor (+ 662): “Ejercía el oficio de carpintero, experto en el arte, más que todos los carpinteros: de hecho debía estar al servicio del verdadero arquitecto, el creador y carpintero de todas las criaturas”.
José descendiente de la estirpe de David, es aquel que ha sabido humildemente hacer espacio al Señor, y ser su custodio y tutor, a fin de que pudiera realizarse el proyecto divino, para la redención de todo hombre.

La imagen es una síntesis clara y eficaz de la tradición; los protagonistas del evento dominan la escena con gran sobriedad y participación espiritual, transmitiendo el sentido del diálogo mutuo que los une.

José, por otro lado, es mostrado con instrumentos de artesanos de los primeros siglos: en dos Nacimientos sobre mármol del V siglo se nota la presencia de una sierra, muy similar a aquella aquí observada; sucesivamente le fueron agregadas también la escuadra, el compás, clavos y martillo…

El intento real por una parte y la adhesión a la tradición por otra, determinaron la persistencia de estos particularidades hasta ahora presentes en el arte oficial, en la escultura, en las imágenes, en la tradición oral.

Stefania Colafranceschi

Tomado de la revista italiana: Joseph. n. 85, diciembre de 2006

Traducción del italiano: Cenjosch



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