San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

31 diciembre 2006

Una reflexión en la fiesta de la Sagrada Familia


El misterio de la Sagrada Familia

Por misterioso designio de Dios, en la Sagrada Familia de Nazaret vivió escondido largos años el Hijo de Dios…” (Familiaris Consortio n. 86).

La familia de Jesús, María y José es ciertamente una familia única, singular, pero a la vez es el modelo de todas las familias. En la vida todos necesitamos ejemplos y modelos que nos permiten ir mejorando nuestras actitudes y acercándonos a nuestros ideales. También nuestras familias deben tener un ejemplo claro que les ayude a realizar su vocación en este mundo. Y qué mejor que la familia misma de nuestro Señor Jesucristo.

Porque de ella, en primer lugar, se valió Dios en el momento culminante de la historia de la salvación para que su Hijo creciese y madurase en estatura, sabiduría y gracia, inaugurando su camino terreno de Redentor del hombre: Jesús se formó en su familia y aprendió en ella a progresar divina y humanamente hasta llegar a la madures de su vida pública y de la hora definitiva de su Pascua. Y porque, en segundo lugar, en elle se reveló al hombre el valor insustituible de la familia, comunión indisoluble del varón y de la mujer en la plena donación mutua, como el único ámbito del amor digno del hombre: donde puede ser procreado y nacer como lo que es y para lo que está llamado a ser eternamente: imagen e hijo de Dios.

Nuestras familias de hoy pueden aprender muchísimo de este ejemplo tan hermoso que nos dejó la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc. La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

A la Sagrada Familia de Nazaret, comunión de amor de Jesús, María y José, modelo e ideal de toda familia cristiana, le confiamos nuestras familias. Qué haga de cada familia un santuario en el que se acoja y se respete la vida: una comunidad de amor abierta a la fe y a la esperanza, un hogar en el que reinen la comprensión, la solidaridad.

P. Marcos Burzawa MSF
Vicario para la Familia

Reflexión tomada de la Hoja dominical: El Domingo día del Señor. Año XXXI, N° 1673. Fiesta de la Sagrada Familia 31 de diciembre de 2006.


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