San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

24 diciembre 2007

Una reflexión en torno a San José en el diario colombiano: La Nación

La anunciación de San José (Cuarto Domingo de Adviento)

JOSÉ MILTON GUTIÉRREZ NARVÁEZ-Asesor Renovación Carismática Católica
domingo, 23 de diciembre de 2007

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: -- José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, (que significa "Dios-con-nosotros").» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. (San Mateo 1 18- 24)

Como a la Virgen, también un ángel llega hasta San José de parte de Dios, para anunciarle el nacimiento milagroso del Hijo del Altísimo, que será el Emmanuel, Dios con nosotros. Con este mensaje se disiparon los temores del esposo de María, que conoció entonces el acontecimiento grandioso de la Encarnación y que aceptó rendido, con una aceptación parecida a la que formuló la Virgen con su "hágase”. Desde ese momento San José pasa a ser una figura de primer orden en la Historia de la salvación.En efecto, a pesar de que aparece pocas veces en los relatos evangélicos, la índole de su misión es de una importancia peculiar. La Iglesia ha visto en él un santo que sólo puede ser comparado con su castísima esposa. Desde muy antiguo, el pueblo de Dios ha mirado con particular veneración y cariño al humilde artesano de Nazaret. En él han encontrado los hombres lecciones fundamentales para la perfección, un ejemplo amable y sencillo que invita a volar hacia las más altas cimas de la vida interior.

En estos días, tan cercanos a la Navidad, bien podemos dirigir nuestra atención hacia el que fue padre de Jesús, aprender algo de lo mucho que nos puede enseñar. Una primera lección que se desprende de su vida es la de su trato íntimo y familiar con el Señor, aquel Niño que crecía ante sus ojos y al que enseñaba su propio oficio y al que quería con todas sus fuerzas. Quizá por esto ha sido considerado San José como maestro de oración. Él por propia experiencia, nos puede enseñar, si acudimos a su protección, a tratar de cerca a Jesucristo, a quererle con ternura y profundidad, a servirle en silencio y con generosidad.

Servir en silencio, pasar desapercibido, vivir siempre en actitud de sincera humildad. Es ésta, sin duda, una lección fundamental. Tan importante que si no se aprende, y se vive, de nada sirve todo lo demás. Recordemos que a los humildes los acoge y exalta el Señor, mientras que a los soberbios y orgullosos los rechaza.

Otra faceta de la vida del patriarca es la reciedumbre. Él supo crecerse ante las dificultades y contratiempos que fueron surgiendo en los días azarosos del nacimiento. Él logró encontrar un lugar abrigado para la Virgen y el Niño. Él ejecutó con fidelidad las órdenes que le iba dando el Señor por medio de su ángel, libró a la sagrada Familia de tantos peligros como tuvieron que correr. Acompañó y consoló a María por la pena de haber perdido al Niño. Entonces ni una palabra de queja se escapa de sus labios. Acepta siempre y hace en cada momento lo que tenía que hacer.

Un saludo muy especial de Navidad a todos los queridos lectores de ésta columna; un abrazo a aquellos que, aprovechando éste tiempo litúrgico y dejando que la generosidad brote de su corazón, han apoyado las distintas obras de servicio que se han adelantado en la mayoría de nuestras Comunidades Parroquiales… Dios sabrá bendecir y como mostró el camino a José, guiarnos por senderos que nos lleven a la Paz.

Seguimos esperando que retornen a sus hogares los secuestrados y muy especialmente según el anuncio que han hecho público las FARC, Clara Rojas, su hijo Enmanuel y Consuelo González de Perdomo… Un abrazo a quienes - en un acto lejano a toda justicia –permanecen todavía privados de la libertad y confinados en las selvas de Colombia.

Tomado de:

http://72.14.253.104/search?q=cache:72WB0vq9N0EJ:www.lanacion.com.co/cms/index.php%3Foption%3Dcom_content%26task%3Dview%26id%3D8435+San+Jos%C3%A9+esposo+de+Mar%C3%ADa+enero+2008&hl=en&ct=clnk&cd=9&gl=us

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