San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

31 diciembre 2006

Una reflexión en la fiesta de la Sagrada Familia


El misterio de la Sagrada Familia

Por misterioso designio de Dios, en la Sagrada Familia de Nazaret vivió escondido largos años el Hijo de Dios…” (Familiaris Consortio n. 86).

La familia de Jesús, María y José es ciertamente una familia única, singular, pero a la vez es el modelo de todas las familias. En la vida todos necesitamos ejemplos y modelos que nos permiten ir mejorando nuestras actitudes y acercándonos a nuestros ideales. También nuestras familias deben tener un ejemplo claro que les ayude a realizar su vocación en este mundo. Y qué mejor que la familia misma de nuestro Señor Jesucristo.

Porque de ella, en primer lugar, se valió Dios en el momento culminante de la historia de la salvación para que su Hijo creciese y madurase en estatura, sabiduría y gracia, inaugurando su camino terreno de Redentor del hombre: Jesús se formó en su familia y aprendió en ella a progresar divina y humanamente hasta llegar a la madures de su vida pública y de la hora definitiva de su Pascua. Y porque, en segundo lugar, en elle se reveló al hombre el valor insustituible de la familia, comunión indisoluble del varón y de la mujer en la plena donación mutua, como el único ámbito del amor digno del hombre: donde puede ser procreado y nacer como lo que es y para lo que está llamado a ser eternamente: imagen e hijo de Dios.

Nuestras familias de hoy pueden aprender muchísimo de este ejemplo tan hermoso que nos dejó la Sagrada Familia: sencillez, bondad, humildad, caridad, laboriosidad, etc. La familia debe ser una escuela de virtudes. Es el lugar donde crecen los hijos, donde se forman los cimientos de su personalidad para el resto de su vida y donde se aprende a ser un buen cristiano. Es en la familia donde se formará la personalidad, inteligencia y voluntad del niño. Esta es una labor hermosa y delicada. Enseñar a los niños el camino hacia Dios, llevar estas almas al cielo. Esto se hace con amor y cariño.

A la Sagrada Familia de Nazaret, comunión de amor de Jesús, María y José, modelo e ideal de toda familia cristiana, le confiamos nuestras familias. Qué haga de cada familia un santuario en el que se acoja y se respete la vida: una comunidad de amor abierta a la fe y a la esperanza, un hogar en el que reinen la comprensión, la solidaridad.

P. Marcos Burzawa MSF
Vicario para la Familia

Reflexión tomada de la Hoja dominical: El Domingo día del Señor. Año XXXI, N° 1673. Fiesta de la Sagrada Familia 31 de diciembre de 2006.

28 diciembre 2006

Advocación: San José emigrante


San José emigrante
19.03.06 @ 19:46:45.

En las circunstancias actuales de total desconcierto por la trágica agravación de la afluencia de inmigrantes clandestinos a las costas canarias, nos preguntamos a qué santo hay que encomendarse, para que nuestros políticos acierten a encontrar una solución.

Los franciscanos, con su proverbial intuición, hija de la sencillez de su lectura del evangelio, han promovido en Chipre la advocación de San José Emigrante, para dar un sentido evangélico a su trabajo social y apostólico con los trabajadores y refugiados de la inmigración. Exactamente igual que ellos han razonado en Canadá las Hermanas de San José de Hamilton.

En las líneas que siguen recordamos en primer lugar el fundamento bíblico de esta advocación. Como complemento artístico comentamos una obra del gran pintor cretense El Greco, que ilustra el texto bíblico que fundamenta la advocación de San José Emigrante. Se trata de La huida a Egipto.

Fundamento bíblico

Nos preguntamos a qué santo hay que encomendarse, para que nuestros políticos acierten a encontrar una solución al problema de la inmigración masiva actual. Hay un texto en el evangelio de San Mateo, 2, 12-23, que nos procura la respuesta. En él se dice que la sagrada familia, tras la visita de los Magos de Oriente, se encontró en la situación de tener que abandonar el país, porque, de no hacerlo, el rey Herodes se pondría a buscar al niño para matarlo. Bruscamente la sagrada familia, cuyo hijo acababa de ser reconocido ante las autoridades civiles y religiosas de Jerusalén, por sabios venidos de oriente, como el futuro rey de los Judíos, se había convertido en el prototipo de la familia perseguida, cuya única solución era emigrar.

Para que no hubiera duda ni sobre la realidad del peligro ni sobre la urgencia de la solución, la familia fue advertida por un ángel del Señor, que se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma contigo al niño y a la madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te avise.” ¿Qué hizo José? Inmediatamente se levantó y, de noche, tomó consigo al niño y a su madre y partió para Egipto, donde se quedó hasta la muerte de Herodes.

La huida a Egipto

Óleo sobre tabla (0,15 x 0,21 m), h.1570
Museo del Prado, Madrid (España)
Domenicos Theotocópoulus "El Greco"
Escuela Española (Manierismo), s.XVI
1540 – Candía, Creta (Grecia)
1614 – Toledo (España)

El pasaje evangélico en el que se inspira el pintor está tomado del Evangelio de San Mateo (Mt 2,13-15) y dice así: Después de partir ellos (los Magos de Oriente), un ángel del Señor se aparece en sueños a José y la dice: “Levántate, toma contigo al niño y a la madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te avise. Porque Herodes se pondrá a buscar al niño para matarlo”. José se levantó y, de noche, tomó consigo al niño y a su madre y partió para Egipto y se quedó allí hasta la muerte de Herodes. La interpretación del texto del Evangelio realizado por El Greco está cargada de encanto poético. El amanecer de un nuevo día coge a la Sagrada Familia camino de Egipto. Al fondo del paisaje, detrás de unos árboles lejanos, el sol llena de luz unas nubes que parecen de oro. Otras nubes grises luminosas armonizan con el cielo azul. En el entorno del cálido y solitario desierto se desarrolla la escena de la Huída a Egipto, como la ve el pintor. La mula que transporta a la Virgen y al Niño se obstina en no querer pasar por encina de un puente; José tira con fuerza de ella con la cuerda que ha amarrado a su hocico. Pero la mula desafía al santo varón no queriendo pasar. Al final ganaría José. El Greco aprovecha el pasaje evangélico para introducir una anécdota simpática, que pudo suceder de camino al exilio. Los colores son cálidos y terrosos, como el nuevo día que los va a acoger. Se trata de una pintura sencilla, no exenta de ingenuidad. Fue atribuida a Jacopo Bassano y a Tintoretto.

Colección permanente
Sala LXIIa
Museo del Prado, Madrid (España)
Textos e imagen de Via Artis

Tomado de:

27 diciembre 2006

El P. Marcos Burzawa en una entrevista para la Hora de San José


Entrevista al Vicario para la Familia

Ya puedes escuchar en el Podcast del Centro Josefino de Chile la entrevista al Vicario para la Familia: P. Marcos Burzawa msf. La entrevista fue realizada el 22 de diciembre de 2006.

Para escucharla sólo visita el sitio:http://www.centrojosefinocl.podomatic.com/

24 diciembre 2006

El Papa nos invita a mirar a Jesús con la humildad y la fe de San José


Solemnidad de la Natividad del Señor. Homilía del Santo Padre Benedicto XVI

Domingo 24 de diciembre de 2006

¡Queridos hermanos y hermanas!

Acabamos de escuchar en el Evangelio lo que en la Noche santa los Ángeles dijeron a los pastores y que ahora la Iglesia nos proclama: « Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre » (Lucas 2,11s.). Nada prodigioso, nada extraordinario, nada espectacular se les da como señal a los pastores. Verán solamente un niño envuelto en pañales que, como todos los niños, necesita los cuidados maternos; un niño que ha nacido en un establo y que no está acostado en una cuna, sino en un pesebre. La señal de Dios es el niño, su necesidad de ayuda y su pobreza. Sólo con el corazón los pastores podrán ver que en este niño se ha realizado la promesa del profeta Isaías que hemos escuchado en la primera lectura: « un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Lleva al hombro el principado » (Isaías 9,5). Tampoco a nosotros se nos ha dado una señal diferente. El ángel de Dios, a través del mensaje del Evangelio, nos invita también a encaminarnos con el corazón para ver al niño acostado en el pesebre.

La señal de Dios es la sencillez. La señal de Dios es el niño. La señal de Dios es que Él se hace pequeño por nosotros. Éste es su modo de reinar. Él no viene con poderío y grandiosidad externas. Viene como niño inerme y necesitado de nuestra ayuda. No quiere abrumarnos con la fuerza. Nos evita el temor ante su grandeza. Pide nuestro amor: por eso se hace niño. No quiere de nosotros más que nuestro amor, a través del cual aprendemos espontáneamente a entrar en sus sentimientos, en su pensamiento y en su voluntad: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad de la renuncia que es parte esencial del amor. Dios se ha hecho pequeño para que nosotros pudiéramos comprenderlo, acogerlo, amarlo. Los Padres de la Iglesia, en su traducción griega del antiguo Testamento, usaron unas palabras del profeta Isaías que también cita Pablo para mostrar cómo los nuevos caminos de Dios fueron preanunciados ya en el Antiguo Testamento. Allí se leía: « Dios ha cumplido su palabra y la ha abreviado» (Isaías 10,23; Romanos 9,28). Los Padres lo interpretaron en un doble sentido. El Hijo mismo es la Palabra, el Logos; la Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que la Palabra esté a nuestro alcance. Dios nos enseña así a amar a los pequeños. A amar a los débiles. A respetar a los niños. El niño de Belén nos hace poner los ojos en todos los niños que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos. En los niños convertidos en soldados y encaminados a un mundo de violencia; en los niños que tienen que mendigar; en los niños que sufren la miseria y el hambre; en los niños carentes de todo amor. En todos ellos, es el niño de Belén quien nos reclama; nos interpela el Dios que se ha hecho pequeño. En esta noche, oremos para que el resplandor del amor de Dios acaricie a todos estos niños, y pidamos a Dios que nos ayude a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que se respete la dignidad de los niños; que nazca para todos la luz del amor, que el hombre necesita más que las cosas materiales necesarias para vivir.

Con eso hemos llegado al segundo significado que los Padres han encontrado en la frase: « Dios ha cumplido su palabra y la ha abreviado ». A través de los tiempos, la Palabra que Dios nos comunica en los libros de la Sagrada Escritura se había hecho larga. Larga y complicada no sólo para la gente sencilla y analfabeta, sino más todavía para los conocedores de la Sagrada Escritura, para los eruditos que, como es notorio, se enredaban con los detalles y sus problemas sin conseguir prácticamente llegar a una visión de conjunto. Jesús ha « hecho breve » la Palabra, nos ha dejado ver de nuevo su más profunda sencillez y unidad. Todo lo que nos enseñan la Ley y los profetas se resume en esto: « Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente… Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (Mt 22,37-39). Esto es todo: la fe en su conjunto se reduce a este único acto de amor que incluye a Dios y a los hombres. Pero enseguida vuelven a surgir preguntas: ¿Cómo podemos amar a Dios con toda nuestra mente si apenas podemos encontrarlo con nuestra capacidad intelectual? ¿Cómo amarlo con todo nuestro corazón y nuestra alma si este corazón consigue sólo vislumbrarlo de lejos y siente tantas cosas contradictorias en el mundo que nos oscurecen su rostro? Llegados a este punto, confluyen los dos modos en los cuales Dios ha "hecho breve" su Palabra. Él ya no está lejos. No es desconocido. No es inaccesible a nuestro corazón. Se ha hecho niño por nosotros y así ha disipado toda ambigüedad. Se ha hecho nuestro prójimo, restableciendo también de este modo la imagen del hombre que a menudo se nos presenta tan poco atrayente. Dios se ha hecho don por nosotros. Se ha dado a sí mismo. Por nosotros asume el tiempo. Él, el Eterno que está por encima del tiempo, ha asumido el tiempo, ha tomado consigo nuestro tiempo. Navidad se ha convertido en la fiesta de los regalos para imitar a Dios que se ha dado a sí mismo. ¡Dejemos que esto haga mella en nuestro corazón, nuestra alma y nuestra mente! Entre tantos regalos que compramos y recibimos no olvidemos el verdadero regalo: darnos mutuamente algo de nosotros mismos. Darnos mutuamente nuestro tiempo. Abrir nuestro tiempo a Dios. Así la agitación se apacigua. Así nace la alegría, surge la fiesta. Y en las comidas de estos días de fiesta recordemos la palabra del Señor: « Cuando des una comida o una cena, no invites a quienes corresponderán invitándote, sino a los que nadie invita ni pueden invitarte” (cf. Lucas 14,12-14). Precisamente, esto significa también: Cuando tú haces regalos en Navidad, no has de regalar algo sólo a quienes, a su vez, te regalan, sino también a los que nadie hace regalos ni pueden darte nada a cambio. Así ha actuado Dios mismo: Él nos invita a su banquete de bodas al que no podemos corresponder, sino que sólo podemos aceptar con alegría. ¡Imitémoslo! Amemos a Dios y, por Él, también al hombre, para redescubrir después de un modo nuevo a Dios a través de los hombres.

Finalmente, se manifiesta un tercer significado de la afirmación sobre la Palabra hecha « breve » y « pequeña». A los pastores se les dijo que encontrarían al niño en un pesebre para animales, cuyo cobijo normal es el establo. Leyendo a Isaías (1,3), los Padres han deducido que en el pesebre de Belén había un buey y una mula. E interpretaron el texto en el sentido de que estos serían un símbolo de los judíos y de los paganos –por lo tanto, de la humanidad entera–, los cuales precisan de un salvador, cada uno a su modo: del Dios que se ha hecho niño. Para vivir, el hombre necesita pan, fruto de la tierra y de su trabajo. Pero no sólo vive de pan. Necesita sustento para su alma: necesita un sentido que llene su vida. Así, para los Padres, el pesebre de los animales se ha convertido en el símbolo del altar sobre el que está el Pan que es el propio Cristo: la verdadera comida para nuestros corazones. Y vemos una vez más cómo Él se hizo pequeño: en la humilde apariencia de la hostia, de un pedacito de pan, Él se da a sí mismo.

De todo eso habla la señal que les fue dada a los pastores y que se nos da a nosotros: el niño que se nos ha dado; el niño en el cual Dios se ha hecho pequeño por nosotros. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de mirar esta noche el pesebre con la sencillez de los pastores para recibir así la alegría con la que ellos tornaron a casa (cf. Lucas 2,20). Roguémosle que nos dé la humildad y la fe con la que san José miró al niño que María había concebido del Espíritu Santo. Pidamos que nos conceda mirarlo con el amor con el cual María lo contempló. Y pidamos que la luz que vieron los pastores también nos ilumine y se cumpla en todo el mundo lo que los ángeles cantaron en aquella noche: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor». ¡Amén!

Tomado de:

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2006/documents/hf_ben-xvi_hom_20061224_christmas_sp.html

23 diciembre 2006

Canto a San José en el podcast del Centro Josefino de Chile


Canto: José Carpintero

Ya puedes escuchar en el Podcast del Centro Josefino de Chile el canto José Carpintero. Este es uno de los temas que se encuentran en el Cassette: El pueblo canta a San José. Producción de los Josefinos de Murialdo y Teresa Bas en el año 1999.

Para escucharlo sólo visita el sitio:

www.centrojosefinocl.podomatic.com

21 diciembre 2006

Erri de Luca y un cuento de San José


En este cuento encontramos a una figura que se asemeja más a Job en el diálogo con sus amigos (Job 2, 11-37, 24), que a José de Nazaret. Esta creación literaria presenta a un Josef atormentado y abatido, por la prueba y la desazón del destino. Alejándose, con esto, de esa figura evangélica que, frente a la duda y a la adversidad, escucha y actúa, como de hecho lo hizo el esposo de María. La narración parece ser un espejo que puede despertar la sensibilidad, hacia la providencia divina, del hombre y la mujer contemporáneos que enfrentan diversas contrariedades en la vida.

(Foto: Erri de Luca)

El sueño de José y los 33 círculos de la madera

“Él nos ha hecho y nosotros somos suyos: esto dice el salmo número 100, querido maestro Josef. Nos has hecho frágiles, de arcilla, por eso más que esto no podemos pretender de nosotros. Nos debe bastar el saber: que nosotros somos suyos, y pertenecemos a su omnipotencia”.

“Tienes usted razón, por cierto. La edad que le emblanquece la barba conoce más cosas que yo. Y le agradezco por haberme acogido a mí y a mi esposa Miriam junto a su fuego. Mi dificultad es que no logro creer en su voluntad de imponernos todos estos trabajos. Los romanos ocupan nuestro suelo, ponen su Júpiter sobre el templo de Jerusalén, crucifican a nuestros jóvenes que se rebelan. Y nos imponen impuesto sobre impuesto. Ahora, además, este censo obligatorio en pleno invierno: debo llevar sobre senderos de fango y de nieve a mi esposa encinta en el último mes. No puedo creer que todo esto sea obra de su voluntad. Lo digo para defender a nuestro Señor, no por acusarlo: él no tiene nada que ver. Deja hacer, se ha cansado de nosotros y ha cubierto su rostro”.

“Maestro Josef, hemos acampado en torno a este fuego que nos calienta y nos permite derretir la nieve y saciar nuestra sed. Estamos sobre la noche más estrellada, tenemos buena ropa, calzado fuerte, nuestra burra no cojea, su mujer duerme tranquila entre gruesas lanas de oveja: ¿Cómo puede decir que Elohim se ha olvidado de nosotros? ¿No toca con todos sus sentidos sus cuidados? Esta noche, con más fuerza aún, nosotros somos suyos. Y después, al final de nuestra comida hemos recitado juntos la acción de gracias: porque hemos comido de aquello que es suyo”.

“Tiene razón, recité con usted la fórmula, pero más que por costumbre por limpiarme la boca con cualquier palabra buena de la santa lengua, que por fe. La estoy perdiendo. Este año me ha puesto a prueba. Conoce mi caso. Desposé a una muchacha, Miriam, encinta por un anuncio, no por mí. Es un caso jamás escuchado en Israel: una virgen encinta. Las otras veces que un ángel había anunciado una gravidez, se trataba de mujeres estériles, y los hijos concebidos después de la venida del mensajero eran carne del esposo legítimo. A mí me tocó desposar una virgen encinta. El caso irregular me ha puesto contra toda la comunidad. Querían que yo la repudiara. Debía ser lapidada como adúltera. Pero yo la amo y le creo, por esto la he defendido con todo lo que soy: con todo mi corazón, con todo mi aliento y con todas mis fuerzas”.

“Maestro Josef, este verso que ha recitado, se dice por entero: Y amarás a tu Dios Elohim con todo el corazón y con todo tu aliento y con todas tus fuerzas. Tú que tomas el derecho de amar a tu mujer con la formula prevista para el amor que se debe a la divinidad”.

“Así es, este año he amado a mi mujer, a mí Miriam, quitando el amor de la provisión destinada a Él. Y ahora mi tarea en la tierra es servir y honrar a mi familia, proveer a la esposa y al hijo que lleva en su seno. No sé quien es, sólo sé que no es mío, no viene de mi semen. Pero lo inscribiré a mi nombre y estará en el registro de mi familia, que desciende directamente del rey David. Este año mi vida ha cambiado, no tengo fuerzas para dedicar a la divinidad, debo cuidarlos a ellos”.

“Maestro Josef, dice que no cree que nuestro Elohim se ocupa de nosotros. Pero yo quiero demostrarle lo contrario no con un razonamiento, sino con sus mismas palabras. Su mujer está encinta esperando una criatura y me ha dicho, ahora, debe proveerla a ella y al hijo que está en su seno. ¿Cómo sabe que se trata de un hijo hombre?

“Eran las palabras del anuncio”.

“Que usted no ha escuchado y a las cuales ha creído a través de las palabras de su mujer: esto demuestra que usted, maestro Josef, es el más creyente de los hombres de la tierra. Usted cree con la sobreabundancia del amor, no con la carestía de la sabiduría. Usted, por amor, cree a su mujer, al anuncio, a la noticia que será un varón. Usted es un justo en Israel. Mire esta noche: junto a este fuego que no ha encendido, ha pedido hospitalidad y mírese acogido. Esta es una noche para agradecer. Usted es carpintero: ¿no es un prodigio esta materia viva que arde delante de nosotros y nos calienta, coce el pan, ilumina, funde los metales? ¿No lo conmueve la madera?

“Sí, me conmueve la madera. Subo a cortarla en el bosque en la luna justa, la maduro, la trabajo según la veta. Amo la madera, pero aún esto me han echado a perder los romanos, que la emplean para crucificar a nuestros hermanos. Y temo por el hijo que debe nacer en esta tierra. Temo por este arbolito que está aún toda la raíz en el seno de mi mujer”.

“Vaya a tomar un pedazo de madera, maestro Josef, no importa el tamaño, escójalo usted.

“¿Debe servir para el fuego?”

“No, no haga preguntas , vaya y traiga uno a su gusto”.

“Como quiera, hay muchos aquí cerca, lo hago rápido”.

“Hágalo con calma”.

“Aquí está la madera”

“Ha escogido un hermoso tronco, maestro Josef”

“¿Puedo saber ahora para que sirve?”

“¿Cuántos años tiene? Cuente los círculos, cuente bien maestro Josef”.

“He contado 33”.

“De este manera usted mismo ha establecido, esta noche, los años que esperan a su hijo. Usted mismo ha elegido la madera”.

“¿Qué dice? ¿Cómo es posible? Y usted, usted quién es?”

“Yo soy su sueño de esta noche, maestro Josef. Mañana no lo recordará. Mañana llegará a su destino, a Bet Léhem y todo sucederá como debe ser. Tendrá un hijo varón”.

Tomado de Diario italiano: L’Avvenire del día jueves 21 de diciembre de 2006.

Erri di Luca (Erri de Luca nació en Nápoles en 1950. Abandonó su casa a los 17 años para unirse a la organización de extrema izquierda Lotta Continua, a la que estuvo vinculado hasta su disolución en el año 1976.

Tras 19 años de trabajo como obrero de la construcción, descubrió la literatura cuando decidió cambiar la televisión por la lectura para, en sus propias palabras, no tener la sensación de "haber desperdiciado inútilmente el día".

Su carrera como escritor la inició con la novela 'Aquí no, ahora no', publicada en 1989. Sus dos últimos libros, 'Tú, mío' (1998) y 'Tres caballos' (1999), le han convertido en uno de los escritores de mayor éxito de Italia. En la actualidad, compagina la narrativa con la traducción del hebreo antiguo de la Biblia, otra de sus grandes pasiones, a pesar de no ser creyente).

Traducción del Italiano y comentario inicial: Cenjosch

20 diciembre 2006

San José y su representación en el nacimiento


San José en el Nacimiento

Generalmente las figuras sacras son representadas con atributos referentes a rasgos biográficos, que, posteriormente se convierten en la connotación específica, y el emblema del patronato.

Esta premisa nos introduce al análisis el Nacimiento, escogido por sus múltiples particularidades, que se admira en el Misal de 1878, conservado en la Biblioteca Comunal de Fermo (Ascoli Piceno).

La composición está estructurada en tres caras, de tal modo que encuadran el recuadro central al interior de escenas y figuras bíblicas, referencias significativas al evento mesiánico. A los cuatro ángulos, aparecen en recuadros los profetas: David y Salomón en alto, Jeremías e Isaías abajo.

Lateralmente son visibles dos episodios bíblicos; a la izquierda la llamada de Moisés, tomado en el momento en que el Señor se manifiesta y le manda quitarse el calzado, por respeto a la sacralizad del lugar y del evento (Éxodo 3, 5), por tanto revela Su Nombre, y se devela como Dios vivo, participe de los sufrimientos del pueblo, anunciando la liberación y la promesa de una tierra nueva.

A la derecha el sumo sacerdote Melquisedec, que fue rey de Jerusalén, en el acto de cumplir el servicio divino, con la ofrenda de pan y vino sobre el altar (Génesis 14, 18) para dar gracias y acompañar la bendición de Abraham, junto a él, apenas convertido en vencedor: es una referencia a la comunión eucarística, al sacerdocio real actualizado en la persona de Cristo, a la bendición que tendrá su cumplimiento justamente en la Encarnación.

Al centro de la composición observamos ahora la escena del Nacimiento: María de rodillas orante, y José también él de rodillas, en posición simétrica, a los lados del Niño distendido el lecho.

En la parte superior tres ángeles sostienen el cartel, y debajo los dos animales hacen de fondo al pesebre, simple y lineal, en el estilo de la representación entera.La iconografía medieval tenía abundantemente copiados los cánones bizantinos.

Por el contrario después del 1300 las Revelaciones de santa Brígida (+ 1373) influyeron abundantemente el lenguaje representativo del arte, determinando un giro importante en la representación de la escena: María y José, desde entonces, fueron generalmente representados de rodillas, a los lados del Niño, en actitud de recogimiento y de estática contemplación, incluso teniendo connotaciones de carácter simbólico o realístico. Según las Revelaciones, san José se acerca en búsqueda de luz para alumbrar la gruta; de este motivo los artistas tomaron ocasión para representar en sus manos una vela, después una lámpara o una linterna.

En la litografía, vemos la linterna con la vela, además otro detalle importante; a las espaldas de José, se notan las herramientas del oficio”: una sierra y un bolso que contiene los instrumentos de carpintero, referencia figurativa a la actividad de faber lignarius (carpintero).

La literatura cristiana de los primeros siglos expresada en narraciones legendarias referentes a la vida de la Sagrada Familia, en la que el Niño colabora y realiza hechos prodigiosos, para favorecer el buen éxito del trabajo: comúnmente aparece intentando fabricar cruces, bajo la mirada amorosa de José. El madero, el “oficio” de José, no sólo preanuncia la muerte en cruz, sino evoca todo el designio salvífico. Así expresa el concepto Máximo el Confesor (+ 662): “Ejercía el oficio de carpintero, experto en el arte, más que todos los carpinteros: de hecho debía estar al servicio del verdadero arquitecto, el creador y carpintero de todas las criaturas”.
José descendiente de la estirpe de David, es aquel que ha sabido humildemente hacer espacio al Señor, y ser su custodio y tutor, a fin de que pudiera realizarse el proyecto divino, para la redención de todo hombre.

La imagen es una síntesis clara y eficaz de la tradición; los protagonistas del evento dominan la escena con gran sobriedad y participación espiritual, transmitiendo el sentido del diálogo mutuo que los une.

José, por otro lado, es mostrado con instrumentos de artesanos de los primeros siglos: en dos Nacimientos sobre mármol del V siglo se nota la presencia de una sierra, muy similar a aquella aquí observada; sucesivamente le fueron agregadas también la escuadra, el compás, clavos y martillo…

El intento real por una parte y la adhesión a la tradición por otra, determinaron la persistencia de estos particularidades hasta ahora presentes en el arte oficial, en la escultura, en las imágenes, en la tradición oral.

Stefania Colafranceschi

Tomado de la revista italiana: Joseph. n. 85, diciembre de 2006

Traducción del italiano: Cenjosch


18 diciembre 2006

San José en un comentario del sitio web: Caminando con Jesús


Comentario al Evangelio del 18 de diciembre de 2006

1º Proemio

El relato del Evangelio de hoy, es parte de capitulo 1, comienzo del Evangelio de San Mateo. Con su Evangelio, Mateo busca como finalidad de demostrar el origen humano de Jesucristo y luego a través todo el Evangelio, probará con las profecías y milagros realizados por Jesús, su naturaleza divina, pero era preciso previo demostrar también su parentesco con los hombres a los que vino salvar. Así también, el interés de San Mateo, al presentarnos a Jesús como hijo de Maria, es el Cristo, el Mesías, profetizado en el Antiguo Testamento, venido al mundo para librar a los hombres de los pecados, es así como el dice “Jesucristo, hijo de David”, que es una expresión para denominar al Mesías

Cuando al final del versículo (Mt, 1-16) dice “padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo”, nos demuestra la generación virginal de Jesús y el papel de padre adoptivo que le compete a José, ya que de el se desprende que es el esposo de María y que no tiene parte alguna en la concepción de Jesús, si que tiene una responsabilidad legal y jurídica sobre el hijo de su esposa.

Se debe destacar, a fin de entender de mejor forma este fragmento del evangelio, que la celebración del matrimonio entre los Judíos se hace en dos etapas, o dos actos esponsales o desposorios, estos suponen de antemano un compromiso real, de tal forma que al prometido desde ese momento ya lo llamaban esposo y no era factible quedar libre de este compromiso si no era por repudio.

2º El Secreto de José

El relato del Evangelio de hoy comienza así: “El origen de Jesús como Cristo fue así: estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, siendo justo y no queriendo denunciarla (o revelarlo), resolvió separarse secretamente (Mt 1,18-19).”

Es así, como decimos que San José es un hombre Justo, él esta convencido de la virtud de María, aunque al principio se turbo porque no concia el misterio de la Encarnación, entonces entre el convencimiento de la santidad de María, se encuentra frente a un misterio que no le es fácil de comprender, y entre eso en un momento decide dejar a María.

San José no conocía el misterio obrado en María, pero Ella si lo conocía, y dejo que Dios mismo saliera en defensa de su virtud y de esta forma luego sucedió.

San José fue un hombre razonable, sensato, prudente y confiado con la justicia de Dios, y esta es la santidad, el confió en Dios. Dice el canto el Salmo 34, 9, “Dichoso el hombre que se refugia en el Señor”, y el canto el Salmo 84, 13, “Señor de universos, feliz el hombre que confía en Ti”.

El matrimonio de José con María, tenía una misión importante, ser padre del hijo de María, por eso decimos también que José es un "justo" elegido por Dios para esta misión.

La fiel María no le dice a José lo ocurrido en ella, no interfiere en los planes de Dios para con José y así espera que Dios envíe un ángel para revelarle su designio sobre ella, y sobre él.

Sin embargo José, en silencio sufre las dudas, pero aguarda la intervención de Dios, sabiendo que el embarazo de María se debe a la acción del Espíritu Santo, José decide "apartarse ante el misterio". José, comprendiendo que Dios está actuando, decide no interferir en el designio de Dios con María. Por ello decide apartarse de María en secreto.

Esa es la actitud justa que admiramos en José, pero es justo no ante la ley de su pueblo, es ante Dios, aceptando totalmente su voluntad, y lo demuestra al alejarse de María en silencio, en secreto. El no revela el misterio de la concepción virginal del Hijo de Dios en María.

El secreto de José, lo guarda en su corazón, es algo maravilloso, es algo precioso, no se pregunta en ningún caso si María es culpable de algo. Pero, ¿porque tiene dudas? o mejor dicho, ¿De que son las dudas?. Cualquier persona se sentiría como José en su lugar, en efecto, el necesita saber como actuar frente a este misión, su esposa esta en cinta por obra del Espíritu Santo, su María espera el Hijo de Dios.

En el secreto ve la salida José, y esto es separarse de ella secretamente, es porque el se da cuenta que Dios puso la mano en su esposa, y José tiene un profundo respeto por la santidad de María.

Talvez José, hombre sensible y humilde, se consideraba indigno estar junto a María, cuya maravillosa y superior dignidad admiraba, y quizás temió ante la profundidad del misterio, y quiso no dejarla, sino que retirarse calladamente por respeto a María y a Dios.

Sin embargo, José, con ese gran respeto hacia María, en quien el Espíritu Santo ha obrado grandes cosas, deja todo en las manos de Dios. Así fue que en el momento decisivo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: "No temas recibir en tu casa a María, tu esposa" (Mt 1,20). Recordemos que José, es un hombre sencillo, y como es lógico siente temor ante la presencia y acción de Dios en María, es por eso que el ángel le dice: "No temas recibir en tu casa a María, tu esposa; pues, ciertamente, lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (v20-21).

José sin ser el padre carnal del hijo de María, recibe la misión de hacer de padre a Jesús. Y a partir de esa vista del Angel, acogiendo la voluntad de Dios, actúa como esposo de María y como padre legal de Jesús.

En José, encontramos un hombre natural, obediente y de gran respeto. Este humilde servidor, supo acoger en secreto este misterio de la acción de Dios en María y él hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, recibir a su esposa, respetarla, cuidarla, acompañarla siempre, participar del nacimiento del Hijo, a quien “puso por nombre Jesús" (Mt 1,24-25).

El Secreto de José, un acto de amor al Padre Dios.

Que esta paz de Cristo reine en todos nuestros corazones.

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Tomado de:

09 diciembre 2006

Programa 60 dedicado a San José en Radio María en el Podcast del Centro Josefino de Chile


Ya puedes escuchar en el Podcast del Centro Josefino de Chile el programa En el taller de San José correspondiente a la emisión del día viernes 13 de octubre de 2006. Este programa se transmite por Radio María el día viernes de 18:30 a 17:15 hrs. Y se retransmite el sábado de 3 de la madrugada (Hora local chilena).

Sólo visita la dirección:

05 diciembre 2006

Programa Radial: Miércoles con San José (22 de mayo de 2006).


Miércoles con San José. Programa 4.

Ya puedes escuchar en el Podcast del Centro Josefino de Chile el programa Miércoles con San José correspondiente a la emisión del día miércoles 22 de mayo de 2002. Este programa se transmitió por Radio Santa María de Guadalupe (1060 AM).

Sólo visita la dirección:

P. Óscar m. j.

04 diciembre 2006

Pensamiento: Custodio del Redentor 7


Un pensamiento sobre San José de Juan Pablo II

Ya puedes escuchar en el Podcast del Centro Josefino de Chile una frase del Papa Juan Pablo II tomada de la Exhortación apostólica Redemptoris Custos (Custodio del Redentor).

Sólo visita la dirección:

www.centrojosefinocl.podomatic.com

P. Óscar m. j.

03 diciembre 2006

Un concurso que tiene a San José como inspiración

Cierre del concurso: “Historias de navidad” contará con la presencia de Jorge Simas

Jorge Simas, renombrado compositor e interprete de MPB (Música Popular Brasileña), confirmó su presencia en el cierre del IV Concurso Historias de Navidad: “San José: modelo de paternidad. Vencedor de varios concursos nacionales e internacionlales, el músico carioca grabó los discos: “Carta al Rey” y “Por la palabra”, contando con las participaciones especiales de Chico Buarque, Leny Andrade, Paulo Moura, Selma Reis, Carlinhos Vergueiro y Cris Delano. Recientemente Jorge Simas compone algunos cantos con temática religiosa, entre ellas Cantor de Romaria.

El cierre del concurso será en el Teatro municipal Paulo Gracido, el día 20 de diciembre de 2006. El Concurso “Historias de Navidad” tiene como tema para este año: San José modelo de paternidad, en las categorías de poesía, canto, pintura, diseño, escultura y música. Los trabajos serán recibidos hasta el día 10 de noviembre (categoría musical) y 24 de noviembre (otras categorías).

La categoría musical del concurso fue agregada siguiendo la sugerencia del propio Jorge Simas, quien en el cierre del Concurso del año pasado dijo que la música era para las artes como el fútbol para los deportes y no podía fatar en un concurso artístico como Historias de Navidad.

Tomado de: http://www.cecbrasil.org.br/conteudo.php?id=297

Traducción del portugués: Cenjosch

02 diciembre 2006

Índice en español de la revista italiana Joseph de diciembre 2006


Revista Joseph

Te presento el índice, en español, de la revista Joseph (1921). Ésta es una publicación de la Congregación de los Oblatos de San José fundada por san José Marello (1844-1895).

Joseph, Año 85 N. 11

Índice

P. 3 Editorial. Padre Guido Miglietta osj
P. 5 Sin Pesebre ¿Qué Navidad es? Padre Giocondo A Bronzini osj
P. 8 San José en la Nacimiento. Stefania Colafranceschini
P. 10 “Enamorados por siempre de Dios y del hombre”. Mario Amato
P. 13 Hermanos de Sangre. Padre Franco Careglio ofm.conv
P. 15 Álbum de familia. Juego de Navidad. Padre Roberto Agostinho osj
P. 18 En Polonia ayudemos a los niños. Padre Michele Piscopo osj
P. 19 El culto perpetuo a san José. Padre Tarcisio Stramare osj
P. 20 Nuevo san Francisco de Sales. Padre Severino Dalmaso osj
P. 22 Un corazón para Dios. Padre Paolo Monni osj
P. 23 La vida un don. Padre Luigi Marseno osj
P. 24 Dialogando con los amigos. Padre Paolo Re osj
P. 26 Noticias del mundo josefino (redazionejoseph@osjcuria.org).
P. 30 Otras páginas.
P. 31 Gracias a quien hace el bien.

Tomado de:
http://www.osjcuria.org/joseph/dicembre2006.pdf

Traducción del italiano: Cenjosch


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