San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

26 enero 2007

¡La Virgen María y San José se casan en Foggia!


San José y la Virgen se casan. En la Calle Manzoni la sugestiva celebración

En la pequeña iglesia de la Congregación la ceremonia de boda de los padres de Jesús.

San José y María Santísima se dirigen hacía el matrimonio. El 23 de enero, en efecto, los padres de Jesús se unirán en matrimonio y el suyo será un casamiento tanto de marcha nupcial y de bomboneras. La Congregación de San José ha anunciado el alegre evento a través de un anuncio sacro puesto por las calles de Foggia: “El 23 de enero de 2007 se celebrará la sugestiva ceremonia del Desposorio de San José con María Santísima. Exhortamos vivamente a todos los fieles –está escrito sobre el cartel amarillo– a participar en esta característica y solemne ceremonia dando de tal modo 'gloria a Dios'; honor al Patriarca San José y a la Virgen María… y dando recto y justo valor a la dignidad y santidad del 'matrimonio cristiano'". En la pequeña iglesita de Calle Manzoni, por tanto, está todo listo. La actividad congregacional, a través de la guía espiritual de Don Theo Francavilla, inició el pasado 15 de enero el septenario en espera del evento. Pero ¿Cómo se desarrollará la ceremonia nupcial? “Es un matrimonio que celebramos todos los años para recordar, como un calendario litúrgico, el matrimonio de los padres de Jesús” cuenta Pierino Petrella, hermano de la antigua Congregación situada en el corazón del antigua ciudad. Después Pierino entra en la pequeña iglesita. Se detiende delante del altar y muestra los futuros “esposos”: “Hemos ya expuesto el cuadro que representa el desposorio de San José y la Virgen. A la ceremonia, cada año, participa tanta gente, aunque si San José, aún siendo, el Santo más grande que exista, no es bastante venerado. Quizás – dice Petrella – también porque su fiesta cae el 19 de marzo, en pleno invierno”. Pero el 23 de enero es un día especial, es un día de “absoluta devoción a San José, hacia su figura de hombre, esposo y padre”. Y la ceremonia no tendrá nada que envidiar a los matrimonios que se celebran hoy: “La función comenzará con la tradicional marcha nupcial, –continua el hermano– después durante la homilía Don Theo se referirá al valor del matrimonio y al final de la misa a los fieles se les darán simbólicamente bomboneras hechas para la ocasión de confeti en bolsitas. La característica ceremonia entonces, se realizará a las 19: 00 hrs y será armonizada por la Schola Cantorum (Coro): ‘Coral Regina Pacis’; al termino, se tendrá la renovación de las promesas matrimoniales de parte de los esposos y la oración de los novios”. Además, en la iglesita de San José, “desde hace casi dos años, cada 12 del mes se venera a la Virgen de Guadalupe, una cita que reune muchísima gente.” Concluye Petrella.

Emiliano Moccia

Tomado del día 18 de enero de 2007 del sitio:
Traducción del Italiano: Cenjosch

25 enero 2007

Una imagen de la Sagrada Familia en el Municipio de Siete Aguas


Esculpen en Siete Aguas una estatua de dos metros dedicada al Encuentro Mundial de las Familias con el Papa en Valencia.

Valencia, 24 Ene. (AVAN).-

Un equipo de artistas miembros de la Fraternidad Misionera Verbum Dei ha esculpido una estatua de la Sagrada Familia de Nazaret dedicada al V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa (EMF), que presidió Benedicto XVI el pasado julio en Valencia y de cuya convocatoria por Juan Pablo II se cumplen mañana, jueves, cuatro años.

La escultura, que representa “La transmisión de la fe en la familia”, lema del V EMF, está ubicada en el Centro Misionero que Verbum Dei dirige en la localidad valenciana de Siete Aguas, en una capilla que fue inaugurada, tras su rehabilitación, durante el EMF y que está dedicada también a la Sagrada Familia.

La talla, de 1,90 metros de altura, está realizada en yeso rústico “en una sola pieza o bloque, ya que también quiere simbolizar la unidad familiar”, según han explicado a la agencia AVAN fuentes del equipo Arte-Verbum Dei, autor de la escultura.

La estatua incluye a San José, de pie, que arropa a la Virgen y al Niño Jesús, que tiene entre sus manos la Palabra de Dios “escuchada, asimilada, vivida y anunciada en el seno de una familia”. La obra “muestra cómo los padres se convierten en mediación del amor de Dios, facilitando a los hijos la experiencia de fe”, según las mismas fuentes, que han añadido que “la imagen es una llamada para las familias a afianzarse en la lectura común de la Palabra de Dios”.

Verbum Dei ha realizado también varias réplicas de la escultura de tamaño reducido para su adquisición en el Centro Misionero de Siete Aguas.

Durante el EMF, la casa de ejercicios espirituales de Siete Aguas acogió a cerca de trescientos peregrinos de países como Filipinas, Taiwán, Congo, Colombia, Italia o Alemania.Mañana, jueves, se cumplirán cuatro años desde que el papa Juan Pablo II designó Valencia como sede del V EMF. La designación se produjo mediante un mensaje vía satélite transmitido desde el Vaticano el 25 de enero de 2003 como conclusión del IV Encuentro Mundial de Familias que se estaba celebrando en Manila (Filipinas).

El primer Encuentro Mundial de las Familias se celebró en Roma en 1994 y, desde entonces, a invitación del Papa, ha tenido lugar cada tres años, en Río de Janeiro en 1997, en Roma de nuevo en 2000, con motivo del Año Jubilar, en Manila en 2003 y en Valencia en 2006. El próximo encuentro se celebrará en Ciudad de México en 2009, tal como anunció el pasado julio el papa Benedicto XVI durante el EMF de Valencia. (AVAN)

Noticia tomada de:

http://209.85.165.104/search?q=cache:_DAUBcAQJOYJ:www.redjoven.org/actualidad/noticias_igl/noticias.htm+San+Jos%C3%A9+homil%C3%ADa+enero+2007&hl=es&ct=clnk&cd=37&gl=cl

Foto tomada de:

21 enero 2007

Índice la revista napolitana: La voz de San José (Enero 2007)


Año 106. Número 1. Enero 2007

Te presento el índice, en español, de la revista La voz de San José (La voce di San Giuseppe, 1896) correspondiente a enero de 2007. Ésta es una publicación del Santuario de San José Vesuviano (Nápoles).

p. 1 Natividad (Nativity): Cartel de la película.
p. 3 El santo justo. P. Angelo Catapano csj
p. 4 Un hombre fiel. Ettore Cunial
p. 6 San José en San Giovanni Rotondo.
p. 7 El 8 de noviembre de 1906. Mons. Antonio Sodano
p. 8 50 Aniversario de Don Pepino.
p. 10 Natividad (Nativity). P. Angelo Catapano csj
p. 12 José Ambrosio. (póster)
p. 14 Custodio de Jesús. Agostino Roscelli
p. 16 Amar y desear la vida. Consejo Episcopal Permanente de la Conferencia Episcopal Italiana.
p. 18 La voz de los jóvenes.
p. 20 La voz de la obra. Anna G – Gipsy Boccia
p. 22 El apóstol de San José.
p. 23 La voz de los lectores.
p. 24 La vitrina.

Tomado del sitio: http://www.murialdo.org/sangiuseppe/

Traducción del Italiano: Cenjosch

20 enero 2007

Angelus: Benedicto XVI (14 de enero de 2007)


Angelus en la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado

Escucha la traducción simultanea del Ángelus del Papa Benedicto XVI pronunciado el 14 de enero de 2007.

Visita el sitio de nuestro Podcast:


Archivo agregado: 20 de enero de 2007.

19 enero 2007

Desde Roma una revista dedicada a San José


La santa cruzada en honor de San José.

N. 1, Enero de 2007


Te presento el índice, en español, de la revista La santa cruzada en honor de San José (La santa crociata in onore di San Giuseppe, 1914). Ésta es una publicación del Santuario de San José al Trionfale (Roma). La revista está a cargo de los Siervos de la Caridad ( 24/III/1908) de Don Guanella (1842-1915).

Editorial

p. 3 Olvidarse de Dios es naufragar
Mario Carrera

El problema

p. 4 El purgatorio y los sufragios por los difuntos
Responde Angelo Forti

Intención mensual de la oración

p. 5 Predicar la paz, promover la reconciliación y las condiciones de trabajo.
A cargo de la redacción.

Espiritualidad

p. 6 Un hombre salió a sembrar.
M. Ana María Cánopi
p. 8 El corazón de Jesús.
P. Ottavio De Bertolis
p. 10 Sus cartas.
A cargo de la Redacción.
p. 11 ¿Quieres saber qué cosa es el Bautismo? Pregunta a la Iglesia como lo celebra (8). Los exorcismos y la Redditio Symboli
P. Massimo Pampaloni

Culto de San José

p. 14 El tránsito de San José en la tierra de Egipto.
Pier Luigi Giudicci

Vida de la Iglesia

p. 17 El viento del Espíritu invade la Iglesia Italiana
Angelo Sceppacerca
p. 20 La fe como savia vital y apoyo en las fragilidades de la vida humana.
A. S.
p. 22 Sus cartas.
A cargo de la Redacción.

En las raíces de la fe

p. 23 La muerte y el morir.
Mario Carrera

Recensión

p. 25 El libro que no te esperas.
Vito Viganò
p. 27 Sus cartas.
A cargo de la Redacción.

Vida guanelliana

p. 28 Basílica como casa de la esperanza.
Graziella Fons

Teología de San José

p. 30 El horizonte de la paternidad.
Tarcisio Stramare

El santo del mes

p. 32 Lucia Mangano
Mario Sgarbossa
p. 34 Las páginas del reconocimiento
A cargo de Enrique Fasciolo
p. 35 En la familia de San José.
A cargo de Angelo Fonsi.


Índice tomado de la revista: La Santa Crociata in onore di San Giuseppe (La santa cruzada en honor de San José), n. 1, enero 2007.

Traducción del italiano: Cenjosch

Nuestra gratitud a la Redacción de La santa crociata por el envío de esta publicación dedicada a San José.

18 enero 2007

Audio de la entrevista a Oscar Isaac en el Podcast del Centro Josefino de Chile


Entrevista a San José.

Ya puedes escuchar la entrevista, en vivo, a Oscar Isaac, quien encarnó el papel de San José en la película Natividad (Nativity story).

Visita el sitio:

www.centrojosefinocl.podomatic.com

La entrevista fue realizada por Julio García de la cadena televisiva Univisión.

17 enero 2007

La canción de cuna de José


Zoom # 2

30 de diciembre de 2006

Duérmete hijo mío, este pesebre será tu cuna,
tienes un camino largo delante di ti, descansa tu cabecita.
¿Puedes sentir el peso de tu gloria?
¿Puedes comprender el precio?
por ahora el padre es el guardián de tu corazón.
Así que ¿puedes dormir esta noche?

Duérmete hijo mío, anda y persigue tus sueños.
Este mundo puede esperar, más, por un momento.
Anda y duerme en paz

Yo creo que la gloria de cielo está tendida en mis brazos esta noche.
Señor: yo pido eso de Ël, justo en este momento: simplemente sé mi niño

Duérmete hijo mío, cierra tus ojos, bebé
Muy pronto Tú asegurarás el día, pero por ahora, querido niño mío,
Oh, mi Jesús, duerme seguro.

La letra corresponde a un tema en Inglés titulado: Canción de Cuna de José (Joseph lullaby) del grupo MercyMe. El canto se puede escuchar o bajar en la entrada del 30 de diciembre de 2006 del Podcast:

http://friendsofstjohn.podomatic.com/

Traducción del Inglés: Cenjosch

16 enero 2007

En el drama de la Familia de Nazaret podemos entrever la dolorosa condición de tantos emigrantes



Ángelus de Benedicto XVI en defensa de la familia emigrante

Plaza de San Pedro, 14 de enero de 2007

Queridos hermanos y hermanas:

En este domingo se celebra la anual Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. Con este motivo, he dirigido a todos los hombres de buena voluntad y, en particular, a las comunidades cristianas, un mensaje especial dedicado a la “familia emigrante”.

Podemos contemplar a la sagrada Familia de Nazaret, imagen de todas las familias, pues refleja la imagen de Dios, custodiada en el corazón de cada familia humana, incluso cuando está debilitada y en ocasiones desfigurada por las pruebas de la vida.

El evangelista Mateo narra que, poco después del nacimiento de Jesús, San José se vio obligado a viajar a Egipto, llevando consigo al niño y a su Madre, para huir de la persecución del rey Herodes (Cf. Mateo 2, 13-15).

En el drama de la Familia de Nazaret podemos entrever la dolorosa condición de tantos emigrantes, especialmente de los refugiados, de los exiliados, de los desplazados, de los perseguidos. Reconocemos, en particular, las dificultades de la familia emigrante como tal: las difíciles condiciones de vida, las humillaciones, las incomodidades, la fragilidad.

En realidad, el fenómeno de la movilidad humana es muy amplio y diversificado. Según cálculos recientes de las Naciones Unidas, los emigrantes por razones económicas son casi 200 millones, los refugiados son unos 9 millones y los estudiantes internacionales unos 2 millones.

A este gran número de hermanos y hermanas tenemos que añadir los desplazados internos y los emigrantes irregulares, teniendo en cuenta que cada uno de ellos tiene, de una u otra manera, una familia. Es importante, por tanto, tutelar a los emigrantes y a sus familias a través del auxilio de protecciones legislativas, jurídicas y administrativas específicas, así como a través de una red de servicios, centros de escucha y de estructuras de asistencia social y pastoral.

Espero que pronto se alcance una gestión balanceada de los flujos migratorios y de la movilidad humana en general, de manera que aporte beneficios a toda la familia humana, comenzando con medidas concretas que favorezcan a la emigración regular y la reagrupación familiar, prestando particular atención a las mujeres y a los menores de edad. También en el enorme campo de las migraciones internacionales la persona humana tiene que ponerse siempre en el centro. La justa integración de las familias en los sistemas sociales, económicos y políticos de lo países de acogida sólo se alcanza, por un lado, respetando la dignidad de todos los inmigrantes, y, por otro lado, con el reconocimiento por parte de los mismos inmigrantes de los valores de la sociedad que les acoge.

Queridos amigos: la realidad de las migraciones nunca debe ser vista sólo como un problema, sino también y sobre todo como un gran recurso para el camino de la humanidad. Y la familia emigrante es especialmente un recurso, a condición de que sea respetada como tal, de que no tenga que sufrir laceraciones irreparables, sino que pueda permanecer unida o reagruparse, y cumplir su misión de cuna de la vida y de primer ámbito de acogida y de educación de la persona.

Se lo pedimos juntos al Señor por intercesión de la Virgen María y de santa Francesca Saverio Cabrini, patrona de los emigrantes”.

15 enero 2007

Una breve meditación sobre San José


# 68 José vuelve…
03 de enero de 2007 09:53 pm

Meditación:

"Hizo como el Ángel del Señor le había mandado" (Mateo 1, 24).

¿No es José un padre fuerte?

Sabemos bien lo que nosotros tenemos que hacer para seguir a Jesús, y cuando es necesario, y aún sabemos como explicarlo a otros; pero nos faltan el valor y fuerza para ponerlo en la práctica hasta el fin.

José lo hizo. Él confió en Dios como Abraham. ¡Él sólo necesitó un consejo y eso realizó! ¡Cuántas señales necesitamos para seguir a Jesús!

¡Una vez que alguien ha encontrado el querer de Dios es suficiente! No podemos nunca regresar de nuevo al modo en que nosotros éramos. Dios cambia nuestra vida, cambia nuestro camino. El encontrar el querer de Dios significa cambiar nuestra vida, un cambio de costumbres. Incluso para nosotros ahora, no podemos regresar al mismo camino por el que veníamos; no exactamente la misma manera que nosotros éramos cuando nos vinimos antes de que viéramos este podcast. La Palabra de Dios debe de haber cambiado algo dentro de nosotros, por lo menos nuestras convicciones e intenciones.

El valiente no es el que no teme sino el que hace lo que debe hacer aunque siente la debilidad.

Tomado de:

Traducción del Inglés: Cenjosch

14 enero 2007

Una revista dedicada a San José en Santa Cruz California, USA (Dic 2006 - Feb 2007)


Revista el Custodio del Redentor

Te presento el índice de la revista Guardian of the Redeemer (Custodio del Redentor) de la Congregación de los Oblatos de San José (14/III/1878) fundada por san José Marello (1844-1895). La portada de la revista Guardian of Redeemer corresponde a Diciembre 2006 – Febrero 2007.

Índice

P. 4 Navidad quiere decir amar como Jesús nos amó. Fr. Michele Piscopo, osj.
P. 6 Josefología 1A. Fr. José Antonio Bertolin osj.
P. 7 José, un Oratorio de Martirio. Denis Delisle.
P. 8 La Epifanía de los Magos. P. Tarcisio Stramare osj.
P. 10 José el más prudente. Margarita Bora.
P. 11. El viaje a Belén.
P. 12 La figura de San José. Su silencio muestra “plenitud de fe”. Benedicto XVI
P. 13 La misión de José. Fr. Mariusz Beczec osj.
P. 16 José de Nazaret, discípulo de Jesús. Fr. Mario Guinzoni osj
P. 21 Hermanas Oblatas de San José.
P. 22 Fr. Joseph Calvi osj. Fr Ermanno Capettini osj.
P. 24 Oratorio de San José, Custodio del Redentor.
P. 26 La Santísima Eucaristía. P. Mariano Pascolo osj.
P. 27 Oblatos de San José en Nigeria. Fr. Lino Mela osj.
P. 30 Libros: Custodio del Redentor.
P. 30 Tres historias de Navidad (recensión).
P. 31 Historia de la Navidad de José (recensión).

Índice tomado de:

Guardian of the Redeemer (Custodio del Redentor), Diciembre 2006 – Febrero 2007., Vol. XII, N. 4.

Traducción del Inglés: Cenjosch

Agradecemos el envío de esta revista a los Oblatos de San José de California.

13 enero 2007

Desde Valladolid la revista de estudio sobre San José


Estudios Josefinos

Te presento a continuación el sumario de la revista más prestigiada de estudio y alta divulgación dedicada a San José. Me refiero a la revista española Estudios Josefinos (1947) del Centro Josefino Español (Valladolid, España). Este centro está dirigido por la Orden de los Carmelitas Descalzos.

Sumario

pp. 149-173 El matrimonio de José y María y su predestinación. Enrique Llamas ocd.

pp. 175-211 San José esposo de María, en el misterio de la salvación, según la venerable María de Ágreda (1602-1665). Felix Ochayta Piñero.

pp. 213-228 San José en la espiritualidad de Teresa de Jesús y de San Francisco de Sales. Convergencias y diferencias. Joseph F. Chorpenning OSFS.

pp. 229-234 Presencia de San José en la exposición “Luces del Barroco”. José Ignacio Rey, CD.

Información:

pp. 235 Novios en el Señor. Mirando a María y a José. Séptimo Congreso Internacional de la Sagrada Familia.

pp. 243-249 Sagrada Familia sin San José. V Encuentro Mundial de las Familias. José de Jesús María, ocd.

pp. 251-258 Noticia de dos escritores devotos josefinos: Juan Bosco de Jesús e Isidoro García de San José.

Recensiones:

pp. 258-270 Obras Josefinas y Marianas.

pp. 270-286 Otras obras.

Tomado de la revista: Estudios Josefinos. Año 60, Julio-diciembre de 2006. Número 120.

Mil gracias por el envío de esta revista al padre Teófanes Egido, ocd, director de esta querida publicación josefina.

12 enero 2007

Homilía en la Fiesta de la Sagrada Familia del Arzobispo de La Plata (Argentina)


La familia, cuna del hombre

Los Evangelios de la infancia del Señor, es decir, los dos primeros capítulos de San Mateo y San Lucas, nos transmiten datos preciosos acerca del nacimiento de Jesús y de sus primeros años, con referencias cronológicas y topográficas; aparece con claridad la inserción del Redentor del hombre en el tiempo y en el espacio, en el seno de una familia humana. El texto de Lucas se cierra con esta indicación: Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres (Lc. 2, 51 s.). Mateo, por su parte, señala que José, al regresar del exilio en Egipto, se estableció en una ciudad llamada Nazaret, y añade que de ese modo se cumplieron las predicciones de los profetas acerca del Mesías: será llamado Nazareno (Mt. 2, 22 s.).

Nazaret es el ámbito de la vida familiar de Jesús; allí, durante aproximadamente treinta años llevó con María y José una vida en todo semejante a la propia de las familias judías de la época. La pertenencia de Jesús a una familia humana corresponde a la lógica de la encarnación, y por eso también correspondía, en virtud de la misma lógica, que la Sagrada Familia –así la llamamos con razón– llevara una existencia anónima y silenciosa en un pequeño pueblo de Palestina (en realidad, San Mateo exagera cuando designa a Nazaret como ciudad). La familia que formaban José, María y Jesús participaba del estilo de vida de las familias galileas de entonces, marcado por una tradición cultural forjada en base a principios jurídicos, integrada por costumbres aquilatadas por el tiempo, ritos y gestos religiosos. Fué además una familia probada por la pobreza, la persecución y el exilio.

La lectura del libro del Eclesiástico que hemos escuchado es un poema sobre el orden familiar en el que se refleja la sabiduría de los antepasados: el temor del Señor se expresa y es vivido en las relaciones familiares según el mandamiento Honra a tu padre y a tu madre. El autor transmite verdades probadas por la experiencia; se dirige a los hijos para recordarles que el respeto a los padres se fundamenta en la naturaleza de las cosas, en el orden dispuesto por Dios, que otorga a los padres autoridad sobre sus hijos. El fruto de la observancia del precepto es una abundante bendición, se promete desde el perdón de los pecados hasta una vida larga y feliz. En otros pasajes del Eclesiástico se destaca la autoridad educativa del padre de familia, que cuida mediante una severa disciplina que su hijo no se desvíe; no lo consiente ni malcría, para que no le salga desvergonzado y rebelde. La educación se basa en el ejemplo, con este fin: que al morir, el padre pueda dejar en el mundo una especie de otro yo, un hombre como él. El Señor quiere que el padre sea respetado por sus hijos y confirmó el derecho de la madre sobre ellos (Eclesiástico 3, 2). A la luz de este principio sapiencial podemos entender qué significa la indicación del Evangelista cuando dice que Jesús en Nazaret vivía sujeto a ellos, a María y a José. Quizá habría que decir mejor: a José, que era el jefe, y a María.

La liturgia de hoy nos ofrece en el Salmo responsorial imágenes muy bellas del hogar: una buena familia constituye la felicidad del varón justo, los retoños de olivo sugieren la lozanía y el crecimiento de los hijos, la parra representa la fecundidad frondosa de la madre. El orden familiar procede del amor de Dios que bendice; el conjunto perfilado en el Salmo vale también como imagen del pueblo de Dios y de la Iglesia.

La Sagrada Familia era una familia como las demás de su país y de su tiempo, ya que Jesús, el Hijo de Dios, se hizo semejante a los hombres (Filipenses 2, 7), semejante en todo a sus hermanos (Hebreos 2, 17). Pero era también una familia única, singular, irrepetible. El Evangelio que acabamos de escuchar y que nos relata la huída a Egipto revela el cuidado providencial que se ejerce sobre el Niño. El Padre celestial protege a su Hijo por medio de la obediencia y la diligencia de José. Desde Egipto llamé a mi hijo (Mateo 2, 15; cf. Oseas 11, 1). La cita del profeta, aducida por San Mateo, es por demás significativa. Es Dios quien habla y quien salva; es el Padre , que actualiza en Jesús la salvación que dispensó antiguamente a su pueblo. Una familia singular, conectada misteriosamente con la fuente de toda familia, que es la Trinidad divina. El niño era el Hijo eterno de Dios, Dios verdadero; San José, sombra y vicario del eterno Padre, ministro de su providencia; María, madre virginal del Hijo, esposa virginal de José, concibió a su niño por obra del Espíritu Santo y era la creatura predilecta del Padre, colmada por él de la plenitud de la gracia. En la familia de Nazaret se refleja, como prototipo de toda familia humana, la Trinidad de Dios. En aquella familia se iba gestando la novedad del Reino.

En la Nueva Alianza las relaciones familiares quedarán transformadas por la adhesión a Cristo resucitado, principio de vida nueva; serán relaciones propias de discípulos, elegidos de Dios, que viven según el Evangelio. El apóstol enumera los sentimientos propios del hombre renovado por la gracia: compasión, benevolencia, humildad, dulzura, paciencia, ejercicio recíproco del perdón y de la corrección. Todo animado por la caridad, que es el nombre del amor cristiano; es la caridad la que inspira y mueve al cumplimiento perfecto de los deberes familiares y sociales; es ella la fuente del respeto y cariño entre los esposos y de la obediencia de los hijos (Colosenses 3, 12 ss.).

El cristianismo dignificó y exaltó a la familia basándose en la sabiduría de los antiguos, en la tradición bíblica y en los elementos naturales reconocidos y vividos en la organización social precristiana. Pudo hacerlo porque se propuso superar las limitaciones y purificar los desvíos con la luz de la verdad evangélica y el vigor de la gracia sacramental. No se puede pensar en la familia omitiendo la referencia al matrimonio, que es su origen. La frase del libro del Génesis Vendrán a ser una sola carne encarece la unión indisoluble de los esposos, pero se refiere también a la sociedad doméstica, a la familia, esa realidad concreta y palpitante pero también objetiva, trascendente, necesaria, a la cual se brindan el varón y la mujer cuando se casan. Un famoso historiador lo ha dicho con una fórmula precisa: el hombre no se pertenece, pertenece a su familia. Es decir, procede de una, y normalmente no la deja sino para formar otra. En el don recíproco, el varón y la mujer no sólo aspiran a su propia realización personal, sino que se comprometen en un proyecto común, en una economía y así colaboran en la obra divina de la creación: son fundadores de humanidad. La familia es la cuna del hombre, la escuela en la que se reciben y asimilan los valores fundamentales, la iglesia doméstica en la que se transmite la fe, la piedad y las virtudes cristianas, es incluso –lo dice el Concilio Vaticano II– el primer seminario, donde se cultiva la vocación para consagrarse a Dios.

Este ideal, antiguo y perennemente nuevo, puede ser objeto de una nueva verificación histórica, de una nueva implantación cultural. No podemos resignarnos a la actual destrucción de la familia, la que se produce de hecho a causa de la revolución de las costumbres, de la miseria material y moral, la que es fomentada por las ideologías, por la manipulación de la opinión pública y por las leyes inicuas que se imponen en la Argentina imitando lo peor de otros Estados.

Hay que nutrir la convicción de que el futuro de la humanidad depende de la recreación del orden familiar. Solemos hablar de la crisis de la familia y lamentamos esta situación porque reconocemos que es la raíz de muchas calamidades sociales para las que no se encuentra remedio. Pero con una indulgencia suicida muchos católicos toleran que la fornicación y el concubinato reemplacen al noviazgo, que en lugar de los hijos, de los hijos numerosos, se instale la comodidad del egoísmo, y que la autoridad educativa de los padres renuncie a su función irremplazable y ceda ante la tiranía de las modas y a la intromisión de factores de deseducación. Así se va debilitando la idea misma de la familia, no sólo en su dimensión sobrenatural, sino también en su realidad humana esencial. Las ideologías en boga van consumando un cambio subrepticio de mentalidad. En libros escolares destinados a niños de siete años por el Ministerio de Educación de la Nación se les enseña que no hay un único tipo de familia, ni una que sea la mejor, sino que son muchos los modelos y no importa la forma que tenga; así se los prepara a relativizar a la familia constituida sobre el matrimonio de un varón y una mujer, que la ideología reinante en esos círculos del Estado considera un estereotipo a superar. Y no sabemos todavía a dónde llegarán las propuestas curriculares que procedan de la perspectiva de género introducida como un postulado en la reciente Ley de Educación Nacional.

El Papa Juan Pablo II afirmó que la Sagrada Familia de Nazaret es el prototipo y el ejemplo de todas las familias cristianas. En ella, en su contemplación, en la súplica dirigida a Jesús, José y María debe inspirarse la ética familiar y la espiritualidad conyugal, vale decir, el estilo de vida al que están llamados los cristianos por la vocación y la gracia del matrimonio. La imagen de la Sagrada Familia es el símbolo del “Evangelio de la familia” que la Iglesia anuncia incansablemente, con mayor convicción y fervor en las últimas décadas; esa imagen entrañable representa la verdad de la familia que es preciso vivir, defender y propagar sin temor, con vigor, navegando contra la corriente. Es una causa noble y decisiva, de la que depende –sin exagerar sea dicho– el futuro de la civilización, y en buena medida también el de la Iglesia.

La fiesta que hoy celebramos tiene que ser para nosotros fuente de confianza y de arrojo. La esperanza del cristiano se yergue más animosa cuando se expresa y fortalece en la oración; es capaz de resistir a la desilusión y a las tinieblas. Podemos decirle a Jesús, María y José, con la voz de la liturgia y las palabras de un antiguo himno, en nombre de todas las familias argentinas:
Cuando la luz del sol agonizante Retira su esplendor a cada cosa, Los que permanecemos en la tierra Alzamos nuestras preces más devotas. Y suplicamos que nos sea dado Mostrar en nuestra vida de familia La gracia de las múltiples virtudes Que florecieron en la vuestra un día.

Mons. Héctor Aguer
Arzobispo de la Plata.

Homilía del día 31de diciembre de 2006 aparece en el boletín NOTIVIDA nº 414. 3 de enero de 2007

Tomado de: http://www.notivida.com.ar/

11 enero 2007

Programa radial: La Hora de San José (n. 131)


La hora de San José

Emisora: Radio Santa María de Guadalupe 1060 AM en Santiago de Chile.
Programa: 131.
Día: 10 de enero de 2007.
Horario: Miércoles 12: 00 a 13: 00 y Domingo de 18: 00 a 19: 00 hrs.

El canto de inicio fue: ¡Oh glorioso San José! el canto forma parte de la producción Los Niños cantan a San José.

Rezamos y cantamos los dolores y gozos de San José compuestos por padre Raúl de Jesús Rodríguez, Misionero Josefino.

Te presenté un tema en italiano, interpretado por el grupo multicultural Gen Rosso titulado: Davide e Golia (David y Goliat).

Te presenté en traducción simultanea un servicio informativo de la Radio Vaticana del día 31 de diciembre de 2006 en el que Alessandro De Carolis nos hablaba del Ángelus pronunciado en la Fiesta de la Sagrada Familia por Benedicto XVI.

Te ofrecí, en la voz de Carlos Seoane el tema Envíame tomado de la producción del 2005 La Marca del Sol.

Pude compartir contigo una entrevista con el actor Oscar Isaac quien interpretó el papel de José en la película Natividad (Nativity story).

Escuchamos el tema Mamá de Mariano Fuertes, un canto del CD El evangelio según los niños.

Finalmente te presenté el canto ¿Quién es José? compuesto por Adriana Bourgeois y por Jonatan Narvaez. El canto aparece en la producción: Historia de José producido por Música & Arte en el año 2005.

Gloria a Jesús, María y José.
Por los siglos de los siglos. Amén.

P. Óscar m. j.

10 enero 2007

Recensión del libro: Mi José


Mi José

El autor, casado, y apasionado por los pesebres cuenta la historia de san José haciendo humanísimo el hecho. Identificándose en sus sentimientos, sin olvidar los problemas de la humanidad de hoy, lo hace más que nunca cercano y atento a los desafíos de nuestro tiempo.

Lejos de proponerlo como un santito de estampita o de tal manera heroico que lo siente lejano, lo presenta como un hombre fuerte, pero no inmune a las pasiones que agitan a los hombres.

El desarrollo del relato procede como brotado de sus labios y su corazón, casi como una autobiografía del santo, que se presenta en su contexto histórico-ambiental. Nos dice donde nació, en Nazaret, nos habla de su familia, del padre Jacob, del trabajo de carpintero que desarrolla.

Nos narra su primer encuentro a los 23 años con la quinceañera María, que apenas vuelta del período en el templo de Jerusalén. Exclama: “Dios mío, en que esplendida mujer se ha convertido María” (p. 17). Se diría: “un impacto fulminante”, a quien sigue con ansiedad el matrimonio convenido con los padres de ella, Joaquín y Ana. En este momento sucede lo increíble, es María misma, en primera persona, que confía a José la intervención de Dios en el anuncio que ha recibido, aquello que le dijo la voz del cielo, el miedo que tuvo, la objeción que le hizo: “pregunté entonces como podía ser posible una cosa de ese tipo, ya que yo y tú José no vivimos entonces en el mismo techo ni aún te he conocido” (p.29). Cuando escucha es como un terremoto para José que ahora quiere quedarse solo para pensar, pero también a él, en la misma noche le llega la voz del ángel que le pide no temer y de asumir su tarea como esposo de María y padre de Jesús, tal es el nombre que en el ejercicio de su paternidad debe dar al niño que nace. Y así, con la clave de la fe, se desarrolla de ahora en adelante su existencia.

Después de los tres meses que María va con Isabel, llega la noticia del censo. Es el designio providencial que lo lleva a Belén. Aquí, al reparo de una gruta se da el nacimiento del Niño, seguido por la visita de los pastores. José recuerda: “Vuelvo a ver, delante de mis ojos, aquella noche estupenda, noche en la cual Jesús vino al mundo…revivo, momento a momento, todas las emociones experimentadas, la dulzura del firmamento, el encanto de los sonidos angélicos. ¡Qué noche extraordinaria!… ¡Es tan hermoso que no se quiere otra cosa que aquella noche, más clara que el día, pueda ser recordada por todas las generaciones futuras y, tal vez, representada de cualquier modo!” (p. 52).

Cuenta, también, rápidamente la circuncisión de Jesús en la sinagoga, la presentación en el templo, la visita de los magos, la Huida a Egipto, el regreso a Nazaret, la pérdida de Jesús a los 12 años.

Sobre el lecho de muerte el Hijo lo consuela: “Papá, no te entristezcas. Has vivido tu existencia que mejor no hubieras podido. Ha tenido su precio, te ha costado, pero la has vivido intensamente, tomando valientes decisiones y no ciertamente sin ausencia de dolor. Lo que más te honra es que, aún no comprendiendo del todo, has sabido compartir el proyecto del Padre…” (p. 67).

En la gloria del Paraíso, Jesús presenta al padre terreno toda la humanidad que está en la tierra y le dice: “Ahora debes cuidarlos a ellos” (p. 72). Un planeta entero en riesgo, con sus divisiones y sus luchas, con sus conflictos políticos y económicos, sociales y religiosos. Pero no es muy tarde: basta confiarse a su ejemplo y a su intercesión.

El relato se concluye con una apasionada carta del Protector de la Iglesia al mundo. En el Apéndice se incluye una preocupada carta del autor a la periodista Oriana Fallaci, recientemente fallecida.

Título: Mi José (Il mio Giuseppe).
Autor: Gianvito Laforgia
Editorial: Andria. Matarrese .
Páginas: 94.

Tomado de la revista: La voz de San José (La voce di San Giuseppe), Diciembre 2006, p. 22.

Traducción del italiano: Cenjosch

09 enero 2007

Entrevista 2 a Oscar Isaac, San José en la película Natividad


Oscar Isaac en entrevista exclusiva para Eco Latino

¿Hay en Natividad un fin evangelizador o es sólo una narrativa histórica?

Creo que hay una mezcla de ambas cosas. La película es muy reverencial hacia la Sagrada Escritura, pero a la vez, la dramatiza con una gran imaginación, si consideramos que la Natividad en la Biblia sólo se remite a un párrafo.

¿Crees que tu condición de latino te ayudo a internalizar tu personaje?

Para mí lo más importante es la energía que se le pone dentro al personaje. Quizás en ello mi latinidad haya jugado algún papel. Hoy en día los actores jóvenes afrontan la actuación desde el snobismo y no terminan de entender que la actuación sólo es posible desde la vulnerabilidad.

¿Cómo te metes en el personaje?

Leo frecuentemente las Escrituras, escucho música Israelí y de medio oriente, y a veces me he puesto a trabajar con la madera para entrar en las circunstancias del personaje, que en definitiva, se convierten en las mías propias.

¿Entonces debe ser difícil desprenderse del personaje, verdad?

Si lo es. Después de un rodaje tan largo y de vivir en la piel de un José tan intenso, me toma un tiempo volver a mí mismo.

Este género de películas se ha centrado siempre en Jesucristo y su entorno, pero Natividad tiene una perspectiva nunca antes abordada: la del peregrinaje de María y José. ¿De entre las tantas producciones anteriores, cual dirías que ha sido la que más te impactó o más te aportó para llegar a ésta?

Sin duda El Evangelio según San Mateo de Pasolini. En esa poderosa escena inicial en que se la ve a María embarazada y José perplejo casi apartándose de ella. Me impresionó. Más allá de la filmografía, la música y las imágenes de la pintura también me aportaron mucho. Por ejemplo, me interesé en saber cómo se lo pintó a José a través de la historia.

Se dice que José murió en los brazos de Jesús y de María, cuando Jesús tenía sólo 13 años. ¿Nos muestra esta escena la película?

El film no llega hasta allí, termina cuando María y José entran en Egipto. José es muy joven en la versión de la película, y aún más joven a nuestros ojos de hoy dado que en aquel entonces la expectativa de vida era de 40 años.

¿Cómo te sientes al saber que el Vaticano tiene la mirada puesta esta película?

Es para mi un honor que el Papa este invitado al estreno de la película, la idea me hace temblar de emoción y por otra parte, me siento confiado por lo puro del mensaje y por el respeto con el que hemos tratado a los personajes. Pero cabe decir que también están retratados desde su aspecto humano.

¿El Vaticano asesoró en cuanto al guión?

No. Pero estoy seguro que se pronunciarán luego de que la película se estrene.

¿Cómo defines a Jesucristo?

Creo que era un revolucionario. Sin embargo la revolución que propone Cristo no es la de los poderosos, sino la de los humildes y los que se manifiestan a través del amor. De humildad y amor hizo su ministerio y le dejo la enseñanza a la humanidad de que lo más poderoso sobre la faz de la tierra es el sentimiento del amor.

Tomado de:

08 enero 2007

Entrevista a San José: El actor hispano Oscar Isaac


Una historia de humildad y de amor

¿Crees que de alguna manera se está siguiendo la inspiración sobre La Pasión de Cristo, que ahora viene la historia de la Navidad?

"Yo creo que lo que hizo esa película es que les enseñó a quienes detentan el poder en la industria cinematográfica que la gente quiere ver historias así, quieren ver películas con temas religiosos".

¿La filmaron en Tierra Santa?
"No, en Marruecos y también en un lugar que se llama Matera, en el sur de Italia, donde hicieron la película The Passion".

¿Cómo así te escogieron para el papel de San José?
"Entré, audicioné y ya, nada más. Hablé con la directora y me escogieron. Y dos semanas después estaba en Marruecos con la barba y el bastón".

¿Habías tenido mucha experiencia cinematográfica antes?
"Mucha no, como dos películas".

¿De dónde eres, Oscar?
"Yo nací en Guatemala, pero me crié en Miami. Mi padre es cubano".

¿Qué opinas tú de esta película en particular, que es sobre el nacimiento de Jesús, en comparación con todas las películas que salen en Navidad, de Santa Claus y todo eso?
"Es una historia de humildad, el poder de la humildad. Y también de amor. Es una historia muy grande, un viaje épico. Pero dentro de eso es una historia bien íntima, de amor, de dos personas y cómo hacen una familia. Y eso es un mensaje que tiene mucho poder".

¿Tú eres judío?
"No".

Por tu apellido, Isaac...
"Bueno, sí tengo sangre judía".

¿Tú estabas familiarizado con esta historia?
"Sí, pero no sabía que era una historia tan dramática. Sabía como fueron a Belén y no había lugar en las posadas y todo eso, pero nunca pensé que era una historia tan dramática, de sacrificio, que les costó tanto a esta gente".

En la promoción están diciendo que esta es "la verdadera historia" del Nacimiento de Jesús. Aparte de lo que dice el Nuevo Testamento, ¿qué otras fuentes se consultaron?
"Es una historia de la cultura judía de ese tiempo y por un mes trabajamos con asesores técnicos y expertos que nos enseñaron como se vivía en ese tiempo, como se trabajaba, las costumbres religiosas y todo eso".

Es curioso que en una pareja tan importante en la historia de la humanidad, el matrimonio haya sido arreglado.
"Es verdad. Y cuando empieza, a María no le gusta mucho esa idea. Y por eso es un viaje, literalmente. Y también de amor".
¿Cómo crees que va a tomar la comunidad de Hollywood esta historia?
"Además del tema religioso, la película está buena, la historia está buena, es dramática, es buen cine. Por eso creo que la van a aceptar".

La hicieron en inglés, con algunos pasajes en arameo, no como La Pasión.
"No, fue en inglés, con acento".

¿Qué fue lo más difícil de hacer esta película?
"Tratar de enseñar que José era una persona real, que no es sólo un ícono. Que siente lo que tú sientes, lo que yo siento, que se pone celoso, se pone bravo, tiene dudas, pero trabaja en eso. Cuando termina la película, puedes decir que es un hombre justo, porque le costó mucho, pero hizo lo que Dios mandó".

¿Crees que va a haber una secuela?
(Risas) "Tal vez, puede ser".

Porque hay una parte de las escrituras donde desaparece la figura de José. La última vez es cuando lo encuentran en el Templo...
"Sí, a los doce años".

...Y no se sabe más.
"Tal vez... se murió, quién sabe lo que pasó..."

Tú, como persona, ¿cómo te sientes después de haber participado en esta película?
"Es un honor poder hacer el papel de San José y también ser hispano y tener una parte en una película tan importante".

¿Cómo vas a celebrar la Navidad?
"Con mi familia, en Miami".

¿Viendo la película?
"Seguro que sí, ahora la historia significa más".

¿Cómo fue el trabajo con tu co-protagonista?
"Keisha Castle-Hughes, de Nueva Zelanda. Ella es fantástica, es magnífica y muy joven, 16 años, pero tiene una profundidad de espíritu, una gravedad... y muy natural".

Me pareció leer que está embarazada...
"Creo que sí, eso es lo que dicen".

¿Y le va a poner Jesús?
(risas) "Tal vez sí".

¿Pero hubo alguna controversia?
"No, ella viene de una cultura diferente, los maoríes".

Entrevista tomada de:

Entrevistado por: Por Julio García, Univision Online

03 enero 2007

Para acoger a Jesús nos sirve de ejemplo la sabia prudencia de José


Misterio de la Navidad

Audiencia General en el Aula Pablo VI. Miércoles 3 de enero de 2007

Queridos hermanos y hermanas,

Gracias por su afecto. ¡Les deseo un buen año a todos ustedes! Esta primera Audiencia general del nuevo año se desarrolla ahora en el clima navideño, en una atmósfera que nos invita a la alegría por el nacimiento del Redentor. Llegando al mundo, Jesús esparció con abundancia entre los hombres dones de bondad, de misericordia y de amor. Casi interpretando los sentimientos de los hombres de todo tiempo, el apóstol Juan observa: “Cuan grande amor nos ha dado el Padre para ser llamados hijos de Dios”.(I Juan 3, 1). Quien se detiene a meditar delante del Hijo de Dios que yace indefenso en el pesebre no puede sentirse sorprendido de este evento humanamente increíble; no puede no compartir la sorpresa y el humilde abandono de la Virgen María, que Dios ha escogido como Madre del Redentor justamente por su humildad. En el Niño de Belén todo hombre descubre ser gratuitamente amado por Dios; en la luz de la Navidad se manifiesta a cada uno de nosotros la infinita bondad de Dios. En Jesús el Padre celeste ha inaugurado una nueva relación con nosotros; nos ha hecho “hijos en el mismo Hijo”. Es justamente sobre esta realidad que, durante estos días, san Juan nos invita a meditar con la riqueza y la profundidad de su palabra, de la cual hemos escuchado un pasaje.

El apóstol predilecto del Señor subraya que hijos, nosotros, “lo somos realmente” (1 Juan 3, 1): no somos sólo criaturas, sino somos hijos; de este modo Dios está cercano a nosotros; de este modo nos atrae hacia sí en el momento de la encarnación, en su hacerse uno de nosotros. Por tanto pertenecemos verdaderamente a la familia que tiene a Dios como Padre, porque Jesús, el Hijo Unigénito, ha venido a poner su tienda en medio de nosotros, la tienda de su carne para reunir a todas las gentes en una sola familia, familia de Dios, perteneciente realmente al ser Divino, unidas en un solo pueblo, una sola familia. Ha venido para revelarnos el verdadero rostro del Padre. Y si ahora usamos la palabra Dios no se trata más de una realidad conocida solamente de lejos. Nosotros conocemos el rostro de Dios: es aquel del Hijo, venido para hacer más cercana a nosotros, a la tierra, las realidades celestes. San Juan destaca: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó” (1 Juan 4, 10). En Navidad resuena en el mundo entero el anuncio sencillo y sobrecogedor: “Dios nos ama”. “Nosotros amamos – dice San Juan – porque Él nos amó primero” (1 Juan 4, 19). Este misterio está ahora confiado a nuestras manos porque, experimentando el amor divino, vivimos inclinados hacia las realidades del cielo, buscando sobretodo el Reino y su justicia, ciertos que el resto, todo el resto nos será dado como añadidura (Cfr. Mateo 6, 33). A crecer en esta certeza nos ayuda el clima espiritual del tiempo navideño.

La alegría de la Navidad no nos hace, sin embargo, olvidar el misterio del mal (mysterium iniquitatis), el poder de las tinieblas que intenta oscurecer el esplendor de la luz divina: y, por desgracia, experimentamos cada día este poder de las tinieblas. En el prólogo de su Evangelio, muchas veces proclamado en estos días, el evangelista Juan escribe: “La luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la recibieron” (Juan 1, 5). Es el drama del rechazo de Cristo, que como en el pasado, se manifiesta y se expresa, desafortunadamente, también hoy en tantos modos diversos. Quizás hasta más solapadas y peligrosas son las formas de rechazo de Dios en la época actual: del neto rechazo a la indiferencia, del ateismo científico a la presentación de un Jesús así llamado moderno o postmoderno. Un Jesús hombre, reducido en modo diverso a un simple hombre de su tiempo, privado de su divinidad; o bien a un Jesús de tal modo idealizado que parece a veces el personaje de una fábula.

Pero el verdadero Jesús de la historia, es verdadero Dios y verdadero Hombre y no se cansa de proponer su Evangelio a todos, sabiendo que es “signo de contradicción para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones”, como profetizó el viejo Simeón (cfr. Lucas 2, 32-33). En realidad, sólo el Niño que yace en el pesebre posee el verdadero secreto de la vida. Por esto pide acogerlo, hacerle un lugar en nosotros, en nuestros corazones, en nuestras casas, en nuestras ciudades y en nuestras sociedades. Resuenan en la mente y en el corazón las palabras del Evangelio de Juan: “A cuantos lo han acogido, les dio el poder de ser hijos de Dios” (Juan 1, 12). Busquemos estar entre aquellos que lo acogen . Delante de Él no se puede permanecer indiferentes. También nosotros, queridos amigos, debemos continuamente tomar posición. ¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Con cual actitud lo acogemos? Nos sirve de ayuda la simplicidad de los pastores y la búsqueda de los Magos que, a través de la estrella, escrutan los signos de Dios; nos sirve de ejemplo la docilidad de María y la sabia prudencia de José. Los más de dos mil años de historia cristiana están llenos de ejemplos de hombres y mujeres, de jóvenes y adultos, de niños y ancianos que han abierto los brazos al Emmanuel convirtiéndose con su vida en faros de luz y de esperanza. El amor que Jesús, naciendo en Belén, ha llevado al mundo, une a sí a cuantos lo acogen en una relación duradera de amistad y de fraternidad. Afirma San Juan de la Cruz: “Dios dándonos todo, es decir a su Hijo, ha dicho todo en Él. Fija los ojos sólo sobre Él… y allí encontrarás también más de cuanto pides y deseas ”. (Subida al Monte Carmelo, Libro I, Ep. 22, 4-5).

Queridos hermanos y hermanas, al inicio de este nuevo año reavivemos en nosotros el compromiso de abrir a Cristo la mente y el corazón, manifestándole sinceramente la voluntad de vivir como verdaderos amigos suyos. Nos convertiremos así en sus colaboradores de su proyecto de salvación y testigos de aquella alegría que Él nos da para que la difundamos en abundancia alrededor de nosotros. Nos ayude María a abrir el corazón al Emmanuel, que asumió nuestra pobre y frágil carne para compartir junto a nosotros el fatigoso camino de la vida terrena. En compañía de Jesús, sin embargo este camino fatigoso se convierte en un camino de alegría. Vayamos junto con Jesús, caminemos con Él, y así el año nuevo será un año feliz y bueno.

02 enero 2007

Jesús, María y José ejemplo de familia





¡Cuidad las relaciones familiares!

Pertenecer a una familia unida, dialogante, fiel, es un regalo incalculable Aunque todos los seres humanos procedemos de un tronco común, sin embargo, ¡cuánto nos une la raza, la lengua, la cultura, la religión, la tierra, la común raíz y herencia familiar!

En casa nunca nos sentimos huéspedes, extraños. Las relaciones entre todos son primarias, espontáneas, naturales. En estos días navideños estrechamos los lazos familiares. Nos unimos en torno al padre y a la madre; nos sentimos más hijos y más hermanos.Esta proximidad es la razón del daño que el deterioro de las relaciones en la familia produce. ¿Qué le puede herir más a un padre o una madre que la ofensa de sus hijos, o a un esposo o esposa que la ofensa de su cónyuge?

En las relaciones familiares se producen heridas, lesiones que tardan en cicatrizar. A veces resulta muy difícil perdonar, reconciliarse, volver al amor primero.

Las lecturas de este domingo nos insisten en el cuidado de las relaciones afectivas en el espacio familiar. Hay que estar muy vigilantes porque una sola palabra puede desatar un huracán, una sola chispa, un fuego, una mera sospecha una terrible condena.

El libro del Eclesiástico nos habla de la bendición que trae consigo una buena relación entre padres e hijos. La carta a los Colosenses nos presenta el espacio familiar como lugar de misericordia, bondad, humildad, dulzura, comprensión, mutua ayuda, perdón y amor.El Evangelio nos propone a la Familia de Nazaret en un momento especialmente delicado: cuando el Niño Jesús reinvindica su autonomía y cuando, por ello, las relaciones de los tres (María, José y Jesús) entran en crisis. Jesús reivindica su pertenencia exclusiva al Abbá. María y José no entienden. Pero Jesús no tensa más la cuerda. Vuelve con ellos a Nazaret y les obedecía. Al mismo tiempo, crecía en sabiduría, en gracia, en estatura.

Los evangelios no se detienen en contarnos cómo se vivía en la casa de Nazaret, qué tipo de mutuo entendimiento, ayuda y amor, existía entre ellos. De todas formas, si María y José y Jesús eran humanos... humano sería el desencuentro, la incomprensión mutua, el deseo no correspondido... No tenemos derecho a pensar el hogar de Nazaret como un paraíso, un idilio desencarnado. Si en algún lugar, el demonio quiso meter pata, fue precisamente en la familia de Jesús: en aquella familia extendida por parte de María y por parte de José. Y ellos tres, en el ojo del huracán.

Si la familia de Nazaret es ejemplo, es precisamente porque supo enfrentar la dificultad, encarar los problemas, buscar solución en el amor mutuo y en la fe en Dios. José estuvo a punto de despedir a María, María no entendió a su Hijo Jesús en varias ocasiones, quizá hubo momentos en los cuales la convivencia les resultó muy difícil y los complejos aparecerían en más de una ocasión. Pero José demostró ser un hombre "justo", María demostró ser una mujer "de fe", Jesús manifestó en lo más humano, lo más divino que le habitaba.

¡Y esa es la solución a los confictos! ¡Vivir permanentemente bajo la gracia de Dios! Pedirle a Dios, para quien nada hay imposible, que cuide día a día el amor primero. No hay que dejar morir el amor. Y cuando enferma hay que curarlo cuanto antes.

La familia es un gran regalo. Gracias a ella no nos sentimos extraños en este mundo. En la Familia Dios mismo asoma su rostro y se nos vuelve Padre, Madre, Hermano, Hermana. Para llegar a descubrir la imagen de Dios se necesita mucha fe y mucha paciencia. A veces también ¡una gran dosis de perdón!

Quienes resistan a la prueba, podrán algún día exclamar: ¡Gracias, Dios mío, por la familia que me has dado!

José Cristo Rey García Paredes, cmf

01 enero 2007

Jesús, María y José prototipo de toda familia cristiana


Angelus. Plaza de San Pedro, Domingo 31 de diciembre de 2006

Queridos hermanos y hermanas

En este último domingo del año celebremos la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. Con alegría dirijo un saludo a todas las familias del mundo, deseando a ellas la paz y el amor que Jesús nos ha dado, viniendo entre nosotros en la Navidad. En el Evangelio no encontramos discursos sobre la familia, sino un acontecimiento que vale más que toda palabra: Dios ha querido nacer, y crecer en una familia humana. De esta manera la ha consagrado como camino primero y ordinario de su encuentro con la humanidad. En la vida transcurrida en Nazaret, Jesús ha honrado a la Virgen María y al justo José, quedando sometido a su autoridad para todo el tiempo de su infancia y adolescencia (Cfr. Lucas 2, 51-52). De este modo ha iluminado el valor primario de la familia en la educación de la persona. Por María y José Jesús ha sido introducido en la comunidad religiosa, frecuentando la sinagoga de Nazaret. Con ellos ha aprendido a hacer el peregrinaje a Jerusalén, como narra el pasaje evangélico que la liturgia de hoy propone a nuestra meditación. Cuando tuvo doce años, se quedó en el Templo, y sus padres emplearon bien, tres días, para encontrarlo. Con aquel gesto les hizo comprender que él se debía “ocupar de las cosas de su Padre”, es decir de la misión confiada por Dios (cfr Lucas 2, 41-52).

Este episodio evangélico revela la más auténtica y profunda vocación de la familia: aquella de acompañar a cada uno de sus componente en el camino del descubrimiento de Dios y del designio que Él ha predispuesto a sus cuidados. Él ha conocido toda la belleza de la fe, del amor de Dios y para su ley, como también las exigencias de la justicia, que encuentra pleno cumplimiento del amor (cfr. Romanaos 13, 10). De ellos ha aprendido la justicia, que encuentra pleno cumplimiento en el amor (cfr Romanos 13, 10). De ellos ha aprendido que en primer lugar es preciso hacer la voluntad de Dios, y que el lazo espiritual vale más que aquel de la sangre. La Sagrada Familia de Nazaret es verdaderamente el “prototipo” de toda familia cristiana que, unida en el Sacramento del matrimonio es nutrida de la Palabra y de la Eucaristía, es llamada a realizar la estupenda vocación y misión de ser célula viva no sólo de la sociedad, sino de la Iglesia, signo e instrumento de unidad para todo el género humano.

Invoquemos ahora juntos la protección de María Santísima y de San José por cada familia, especialmente por aquellas en dificultad. Las sostenga para que sepan resistir a las fuerzas disgregadoras de una cierta cultura contemporánea, que mina las bases mismas del instituto familiar. Ayuden las familias cristianas a ser, en cada parte del mundo, imagen viva del amor de Dios.

Benedicto XVI

Tomado de:


Traducción del italiano: Cenjosch


Click here to get your own player.

..Visitas desde el 29ago2007..